Alberto Rodríguez y Marina Alabau. - J.M. ESPINO (Atese) Yo quería ser periodista, pero en la cola para echar la preinscripción en la Facultad, junto a Paco Baños, lo echamos a cara o cruz y, al final, optamos por estudiar Imagen y Sonido. Y vaya si el azar acertó con la elección. Alberto Rodríguez ha vivido un año de locura. Su película, Grupo 7, ha tenido un éxito espectacular y, en reconocimiento a este 2012 inolvidable y a su trayectoria como director de cine (en su haber El factor Pilgrim y 7 Vírgenes, entre otros títulos), recibió ayer uno de los Claveles con los que la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) distingue la carrera de profesionales del mundo de la cultura, las artes y el deporte. Alberto, micrófono en mano para agradecer el gesto, confesaba al auditorio que había sido un periodista el que le había aconsejado no estudiar la carrera. ¿Profético? Una decisión de la que, entre risas, admite que no se arrepiente. Junto al cineasta, la APS ha querido destacar la figura de otra sevillana de 27 años que ha llegado a lo más alto en su disciplina, el windsurf. Marina Alabau, primera medalla de oro para España en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, agradeció el reconocimiento de la APS, que le ha proporcionado la oportunidad de volver a Sevilla, puesto que lleva ya una década residiendo en Tarifa (Cádiz), donde entrena. Los dos claveles de la prensa de este año, distinción que patrocinan la Fundación Cruzcampo y Coca-Cola, reconocen no ser muy feriantes, aunque en el caso de Alberto, sus dos hijos de corta edad le obligan a hacer parada en la Calle del Infierno. Entiende que para la gente que viene de fuera sea difícil de comprender una fiesta, la Feria, que se piensa abierta y luego encontrarse las puertas cerradas. Marina, que estrenará maternidad en los próximos meses y cuya actividad profesional es poco compatible con la que se practica sobre el albero, sí que tiene enraizados recuerdos de infancia. Veía cómo montaban la noria y recuerdo las ganas que tenía de subirme. Cuando empezaba la Feria me montaba aunque me daba miedo, pero era un miedo que me gustaba. Luis Planas, Rafael Rodríguez y Luciano Alonso.- J.M. ESPINO (Atese) El presidente de la APS, Rafael Rodríguez, que reconoció el orgullo de la ciudad hacia profesionales como Alberto y Marina, no quiso obviar la crisis por la que atraviesa la profesión periodística, aunque alentó a todos a disfrutar esta semana de la casa de los periodistas pese a estos momentos en que lo estamos pasando tan mal y a hacer de ella lugar de reencuentro. Y un deseo. Ojalá el año que viene podamos decir que estamos aquí habiendo solucionado los problemas del periodismo, algo posible con profesionalidad y ética, aseveró.