Es en la campiña sevillana donde se prepara el mejor cóctel de toda España. Así lo han certificado los diferentes concursos de Coctelería que ha ganado Manuel Martín, un arahalense que lleva el combinado en la sangre. Tras vencer en el provincial, con un homenaje a su tierra, pasó a la final nacional en Gran Canaria, que clasificaba a la persona que competía a nivel mundial en Varsovia. Tras obtener el premio, gracias a sus cócteles Tiki-Taca, en la fase de Aperitivo, y especialmente Cracovia, por su gran elaboración, ahora pone rumbo a Polonia donde intentará, a principios de noviembre, traerse el premio más cotizado de su modalidad. Un aperitivo será la pócima mágica que lleva guardada en un equipaje lleno de ilusión.
Entre cocteleras y bebidas se ha pasado la mayor parte de su vida Manuel, un joven que, desde hace años, tiene el reto de ser el mejor a nivel mundial y ahora tiene el premio rozando la yema de sus dedos. Para ello, tendrá que competir en Polonia con los mejores de su categoría. Por ello lleva, desde que ganó la categoría nacional, dándole vueltas a la cabeza. Meses y meses dentro de una espiral de creación donde este barman ha elaborado un jardín mágico con el que intentará romper el maleficio que tenemos los españoles en este tipo de competición. No es para menos, porque desde 1967 ningún barman de España ha conseguido un premio absoluto. Él lo intentará con unos ingredientes nada comunes.
Para su viaje lleva un trago dulce que combina los siguientes elementos: ginebra, licor de manzana ácida, brandi con albaricoque, crema de coco condensada y un zumo de limón y azúcar. Un digestivo en el que tiene "mucha confianza", porque además no ha dejado nada a la improvisación". Al igual que Martín, la ilusión está presente entre sus compañeros del club de barman de Sevilla y su familia. De hecho, estará acompañado en este viaje a tierras polacas por Ramón Ramírez quién, como amigo pero también como jurado internacional, confía en ese trago lleno de magia.
Para hacer con la victoria y llevársela en su equipaje hasta la Campiña sevillana, el mejor coctelero español ha jugado con tres elementos básicos: la decoración, el aroma y el sabor. Todo acorde a la normativa, con una decoración a base de flores y mariposas comestibles y creadas con nabo, remolacha y calabaza cruda con la que espera sorprender como hizo en 2010 en Gran Canaria.
El triunfo es la gran obsesión de un barman que se inició en tierras arahalense, tras la barra del negocio familiar, el Bar los Quinteros, cuando a inicios de los ochenta su padre, antiguo jefe de rango de la cadena Meliá, le enseñó los trucos de un oficio que, sin duda, da sabor a la vida.
