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Un código ético en Montecastillo

El Real Betis Balompié ya trabaja en las magníficas instalaciones de Montecastillo. Un año más, se produjo el desembarco en tierras jerezanas, aunque por la mañana el equipo se ejercitó en la propia ciudad deportiva.

el 15 sep 2009 / 08:03 h.

El Real Betis Balompié ya trabaja en las magníficas instalaciones de Montecastillo. Un año más, se produjo el desembarco en tierras jerezanas, aunque por la mañana el equipo se ejercitó en la propia ciudad deportiva.

Francisco Chaparro tiene su estilo y éste no ha tardado en expresarse en Montecastillo. Por primera vez en su carrera deportiva, el trianero lleva la nave bética desde la pretemporada, sin tener que acudir en momentos de riesgo a jugársela como ocurrió en las campañas 2000/01, 2006/07 y 2007/08. Ahora es el responsable desde el principio y por eso su mano se deja notar desde el desembarco en Jerez. Lo más novedoso, sin duda, la instauración de un código ético y de buen comportamiento en el desarrollo de la concentración de Montecastillo.

Los miembros de la primera, nada más recibir las llaves de la habitación, se encontraron con unos folios con las nuevas normas de comportamiento. Entre un buen puñado de medidas, Chaparro alecciona a sus jugadores para que hagan del compañerismo y la buena actitud dos aspectos esenciales de la conducta diaria. Por ejemplo, Chaparro prohibe el uso de los teléfonos móviles durante los actos comunes que tengan los jugadores, caso de las jornadas de convivencia, el almuerzo o los desplazamientos en autobús para jugar los partidos. Sólo se podrán utilizar en las habitaciones.

Al mismo tiempo, el técnico desea que sus jugadores fomenten el compañerismo, obligando a los futbolistas a cambiar de compañía en las tres comidas del día. Con esto se intenta evitar que se desarrollen camarillas entre los miembros de la plantilla.

Este abanico de normas le indica a los miembros del grupo que deben ser cuidadosos con sus elementos de trabajo, respetando siempre a los profesionales que trabajan en el primer equipo y también a todos los empleados del hotel Montecastillo.

Es tan completo el código de conducta de Chaparro que le dice a los futbolistas que no se debe pegar balonazos al inicio o al final de los entrenamientos, mientras que se recuerda de forma constante que la concentración debe desarrollarse bajo tres premisas básicas: compañerismo, amistad y predisposición para el trabajo.

Chaparro concede una gran importancia al trabajo psicológico en el buen desarrollo de una plantilla de fútbol.

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