Para celebrar sus bodas de plata, los costaleros de la Borriquita hicieron una levantá a pulso desde el palquillo de autoridades a la entrada a la calle Mas y Prat. El cumpleaños no es cualquier cosa. La hermandad de la Entrada de Jesús en Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de las Lágrimas tiene en la Borriquita una cantera de cofrades, y por la cuadrilla de costaleros de esta joven hermandad han pasado buena parte de su nómina de cofrades.
La mañana sirvió para que los niños fueron protagonistas, como cada mañana de Domingo de Ramos. Y junto a los niños, sus padres, orgullosos ante el debut de los pequeños en la cosa cofrade, cumpliendo la tradición de ir abriendo el cortejo de la Borriquita con palmas. La salida de la imagen de la Borriquita -de Álvaro Duarte, de 1974, a la que en los últimos años se le han añadido las tallas de dos niños y dos apóstoles- centró la bulla en la plaza de Santa María para luego llenar los palquillos de la carrera oficial, donde el alcalde, el socialista Juan Wic, y el delegado provincial de Turismo, Comercio y Deportes, Francisco Obregón, presidieron el comienzo de la Semana Santa ecijana junto con un sonriente Francisco Fuentes Ávila, presidente del Consejo Local de Hermandades de Écija.
Ya por la tarde, el turno fue para la procesión de la majestuosa talla de El Cautivo y su Dolorosa, la Virgen de las Lágrimas, que estrenaba itinerario, pasando hasta dos veces por la Plaza de España, el Salón -una durante la carrera oficial, la otra a la vuelta, ofreciendo una bella imagen delante del renovado convento de San Francisco - y por la Plaza de la Constitución, delante del Palacio de Benamejí.
