El mundo cofrade de Carmona vivió el domingo un momento histórico ya que, por primera vez, las dos bandas musicales del municipio compartieron escenario. La cita tuvo lugar en la sede de la Peña Cultural la Amistad, que organizó el evento, y que tuvo también un reconocimiento a su labor.
Más de 300 personas se dieron cita el domingo en la Peña Cultural la Amistad para disfrutar del I Encuentro de Bandas organizada por este colectivo y la Concejalía de Cultura y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Carmona.
En este histórico acto fueron protagonistas la Banda de Música El Arrabal, dirigida por Antonio Sabín y la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de Gracia, bajo la batuta de José Manuel Tomillero.
El encargado de dar el pistoletazo de salida al encuentro con unas palabras fue el presidente de la entidad organizadora, Joaquín Rueda, quien agradeció a los carmonenses que asistieran a pesar de las inclemencias meteorológicas, siendo protagonistas de un "hecho histórico para la ciudad".
Y es que nunca antes dos agrupaciones de la localidad habían compartido escenario para protagonizar un concierto de marchas procesionales. Entre los asistentes se encontraban representantes del Consistorio, como el concejal de Cultura, José Miguel Acal; el de Fiestas y Deportes, Rafael Chamorro; la edil de IU, Adriana Espinosa; y el del PP, Juan Ávila.
Durante la jornada, ambas formaciones interpretaron una docena de piezas musicales entre las que destacaron Bulerías en San Román, Esperanza Gitana, La Macarena o Costalero. Pero la sorpresa llegó al final, cuando ambas bandas interpretaron de manera conjunta Estrella Sublime, que hizo que el público se pusiera en pie entre vítores y palmas, con muchos de los presentes emocionados por la belleza del momento y el buen hacer de todos los músicos.
En la cita del sábado sirvió también para rendir homenaje a la Peña Cultural la Amistad. Como reconocimiento a la labor realizada por este colectivo durante sus 51 años de existencia y por hacer historia en la cuaresma carmonense, los directores de las dos bandas le hicieron entrega a Joaquín Rueda de dos placas recordatorias que inmortalizaron este señalado momento.
El colofón lo puso la música con la interpretación de la Marcha Real en sus dos versiones: para cornetas y tambores y para banda de música.
