Cofradías

Un fotógrafo de corazón salesiano

Pertenece al grupo de colaboradores del portal especializado ‘Alcalá Nazarena’ que dirige Francisco Javier Baños. Es hermano de la Oración desde 1990.

el 12 abr 2014 / 23:30 h.

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Alejandro Calderón posa junto a Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto antes de su tradicional Vía Crucis del Miércoles de Ceniza. / Bernardo Ruiz Alejandro Calderón posa junto a Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto antes de su tradicional Vía Crucis del Miércoles de Ceniza. / Bernardo Ruiz

Alejandro Calderón Sánchez (Alcalá de Guadaíra, 22-7-1980) es un tipo versátil. Fotógrafo, cofrade, bético y adjunto a la presidencia del modesto CD Alcalá, de Tercera División. Un combo de responsabilidades y devociones que jalonan su trayectoria profesional en una ciudad a la que idolatra a diario. Calderón acude, fiel a la cita, al Colegio de los Salesianos de Alcalá de Guadaíra. Es Miércoles de Ceniza y en el altar mayor de la Capilla del Carmen, en pleno Centro, lucen las andas de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto. Unas horas después recorrió su collación para presidir el tradicional Vía Crucis de la familia salesiana, epicentro de la devoción a San Juan Bosco, María Auxiliadora y al Señor de Pineda Calderón.

Caminar junto a Calderón por Alcalá de Guadaíra significa pasear con una enciclopedia andante de la Semana Santa y el fútbol. Aficionado impenitente del CD Alcalá, en el que ha ejercido de directivo, jefe de comunicación y ahora de adjunto al presidente, Lisardo López, su principal devoción es la Semana Santa. Y, por supuesto, su hermandad del Huerto. Criado en una familia humilde en el Barrio de San Agustín, en el que radica la corporación de la Borriquita, y educado en el Colegio Reina Fabiola, fue su padrino, Manuel Díaz Salazar, el que le inoculó el cariño por la cofradía salesiana. «Desde que era un niño el Domingo de Ramos era una fiesta», comenta mientras toma un sorbo de café en la Taberna del Mario. «Aquí se comen unas tostadas fantásticas», replica mientras ojea El Correo de Andalucía.

De joven nacieron los primeros rituales. “En casa de mi abuela materna, Salud, me ponía la túnica y vivía las horas previas a la estación de penitencia”, rememora años después. La primera vez que se enfundó el antifaz fue en 1990. Desde aquel momento fue creciendo en la escala de rango de la organización de la cofradía hasta asumir las funciones de diputado de tramo. Hoy, 24 años después de su bautizo como nazareno, ya ha colgado el hábito. Su misión actual es diferente. Pertenece al grupo de colaboradores del portal especializado Alcalá Nazarena, dirigido por Francisco Javier Baños, y desde que la primera Cruz de Guía se alza en las calles de Alcalá retrata miles de instantáneas. “Me gusta ver salir a mi hermandad, pero por mi trabajo ahora tengo que moverme mucho más. De todos modos, el momento más emotivo de mi cofradía es cuando pasa por la Cuesta del Rosario”, relata con los ojos brillantes.

Devoto de Jesús Nazareno, al que suele rezar cada amanecida de Viernes Santo durante el acto del Prendimiento en el Puente de Carlos III, y admirador de unas clásicas torrijas en el Centro de la ciudad, Calderón huye de la bulla. «No soy de los que van a Sevilla», asegura. «Sólo voy el Lunes Santo, que aquí no salen procesiones, a ver a San Gonzalo en el Puente de Triana», confiesa sonriente. Hermano del Huerto, devoto de Jesús y enamorado del Cautivo y la Amargura, este fotógrafo de balcón y cámara al hombro revela que «me encanta la Cuaresma». «Vivo muchísimo los días previos», apunta. Alcalá es la capital de Los Alcores, aunque la Semana Santa es la fiesta de mayor tradición y raigambre en los cuatro puntos cardinales de la comarca. «A mí, personalmente, me encanta la de Mairena del Alcor», espeta. Sus fotografías están muy cotizadas en la ciudad e, incluso, una imagen suya ha ilustrado el cartel Oliva 2014, editado por la hermandad de la Borriquita. «Me hizo muy feliz que eligieran una imagen mía para anunciar la Semana Santa de este año», presume con orgullo.

Su ritual es idéntico cada Domingo de Ramos. La madrugada anterior apenas es capaz de conciliar el sueño por la inquietud y la emoción incontrolable de las horas previas. El despertador suena temprano, antes de que el sol gobierne el cielo, desayuna y luego acude a rezar ante Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos. El Señor Orante es obra de Manuel Pineda Calderón y la Dolorosa, que procesiona bajo palio, de José Paz Vélez.

Calderón recoge los bártulos el Domingo de Resurrección, día en el que selecciona las mejores instantáneas de la fiesta sacra y se calza las botas para revivir las hazañas de su CD Alcalá, otra de sus pasiones. En la Avenida de Santa Lucía ha presenciado gestas históricas en Copa, dos ascensos a Segunda División B y decenas de partidos para el recuerdo en Tercera, la categoría en la que milita actualmente el cuadro alcoreño. Fue el primer socio juvenil en la historia del bloque panadero en la campaña 1994-95 y durante su madurez asumió numerosos cargos en la junta directiva. Ahora es el hombre de confianza de Lisardo López, el presidente, y uno de los portavoces del órgano ejecutivo. Cada domingo acude al moderno Ciudad de Alcalá para relatar en primera persona las semblanzas del once que dirige Jesús Galván. Porque, además de fotógrafo y directivo, es un comunicador nato de vocación. Una forma diferente de contribuir al éxito de un escuadrón genuino y con genes de play-off. Otro capítulo más para el cuento de leyendas alcalareñas.

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