En la línea marcada por el Congreso Federal, los socialistas andaluces han celebrado el suyo en Granada con la satisfacción y la euforia de una nueva victoria electoral, pero sin olvidar los problemas de Andalucía, reforzando sus señas de identidad como partido de izquierda que debe estar siempre al lado de los más necesitados y desprotegidos de nuestra sociedad. Tanto las decisiones orgánicas como las propuestas programáticas merecen algún comentario.
Chaves ha acertado al manifestar su disponibilidad para ser candidato en el año 2012. De esta forma ha terminado con todo tipo de especulaciones o conjeturas sobre su sucesión y el posible heredero. Esto supone también trasladar el evento sucesorio al horizonte del 2016 y hasta entonces queda un largo camino por recorrer y los llamados a sucederle tendrán tiempo de madurar políticamente y acumular experiencias de gobierno y gestión.
También han acertado el Partido y Chaves en la configuración de la nueva Ejecutiva regional, en la que están presentes todas las generaciones del socialismo andaluz: la primera, la que hizo la transición política y la conquista de la autonomía plena; la segunda, incorporada a la vida política en los primeros años noventa, en unos momentos de dificultad dentro del partido;
y la tercera, representada por personas que eran niños o jóvenes en aquel tiempo de la consolidación de la democracia del autogobierno andaluz y destinada a asumir responsabilidades en la próxima década. Por ello, la decisión adoptada ha sabido armonizar experiencia y veteranía con juventud y renovación.
Pero los socialistas tienen ante sí grandes retos en los próximos años y son de tal entidad que les va a exigir en grado sumo trabajo, sacrificio y sabiduría. En primer lugar, está la crisis económica, más profunda y duradera de lo que inicialmente se pensaba y, como ocurre siempre, afectará más de lleno a los más desprotegidos. Esta situación les va a exigir no sólo el mantenimiento de las políticas sociales, sino medidas más audaces para contrarrestar los efectos negativos de la crisis.
En el plano político, el PSOE de Andalucía, por su mayoría absoluta y sostenedor del Gobierno, debe liderar y llevar a cabo el desarrollo normativo del Estatuto, centrado en varias cuestiones fundamentales: financiación autonómica y local, coordinación administrativa y eliminación definitiva de todo tipo de corrupción, sobre todo la derivada del urbanismo salvaje.
Estas cuestiones están vinculadas entre sí y así la financiación de los ayuntamientos exige nuevas fórmulas que eviten la tentación de acudir a expedientes poco claros o de dudosa legalidad con la finalidad de suministrar medios económicos a la gestión local.
Pero quizás la tarea más dura es la recuperación del voto urbano. La presente legislatura va a tener caracteres muy distintos de sus precedentes; va a ser una etapa muy abierta desde el punto de vista político y a pesar de sus reiteradas derrotas, un PP crecido por el hecho de haber incrementado su número de votos y autoconvencido de ser una alternativa de gobierno, va a plantear una dura batalla, en la que junto a argumentos como el terrorismo o la lengua, aparecerán otras cuestiones en el centro del debate político.
Antonio Ojeda Escobar es notario.
