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Un inmigrante dice que le obligaron a seguir trabajando tras perder un dedo

Hugo Narciso G. M., un inmigrante de Paraguay de 33 años y en espera de ser regularizado por reagrupación familiar en España, sufrió la pasada semana un accidente laboral que le cercenó el dedo corazón, a pesar de lo cual tuvo que seguir trabajando, según denunció ayer el sindicato CCOO.

el 16 sep 2009 / 04:18 h.

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Hugo Narciso G. M., un inmigrante de Paraguay de 33 años y en espera de ser regularizado por reagrupación familiar en España, sufrió la pasada semana un accidente laboral que le cercenó el dedo corazón, a pesar de lo cual tuvo que seguir trabajando, según denunció ayer el sindicato CCOO.

El accidente laboral ocurrió el pasado día 8 en una empresa de precocinados de Los Palacios y Villafranca. Según denunció ayer la secretaria de Salud Laboral de CCOO en Sevilla, Pilar Moreno, el joven sufrió la amputación de la falange distal del dedo corazón de su mano izquierda mientras trabajaba.

El sindicato, que denunció ayer lo ocurrido en Inspección de Trabajo, contó que el trabajador no había revelado antes su caso "por miedo". Tal vez haya influido en su decisión de acudir a CCOO el mediático y desgraciado caso de otro latinoamericano que perdió un brazo en Madrid hace tan sólo unos días.

Pese a que en su caso es sólo la mitad de un dedo, el suceso guarda similitudes con el de Madrid por varios factores: él también era ilegal y el empresario -según su versión- también se empeñó en ocultar el caso. Es tanto el miedo que sigue teniendo Hugo Narciso G. M., que no aceptó ayer ni siquiera mostrar su herida para una fotografía.

CCOO sí exhibió el parte médico del hospital Virgen del Rocío al que acudió el trabajador acompañado de sus propios colegas después de que el empresario, según la versión del sindicato, "intentase resolver la situación en una clínica privada del pueblo". Es más, el empresario, según el relato del propio inmigrante, lo animó a que "se realizase él mismo una primera cura". Fue en la clínica privada, en todo caso, donde conminaron al trabajador a acudir al hospital. Lo hizo horas después de haber perdido el dedo, y después de terminar su jornada laboral.

La sindicalista criticó ayer que el joven estaba trabajando "sin guantes de protección" cuando sufrió la amputación del dedo, por lo que "no se estaban cumpliendo los protocolos de prevención de riesgos laborales". Según le consta al sindicato, la empresa cuenta con tres trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, si bien el testimonio del trabajador arroja una cifra de ocho empleados. Este periódico intentó ayer sin éxito contactar con la empresa para conocer su versión de lo ocurrido.

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