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Un joven degüella a su padre tras saltarse una orden de alejamiento

Le apuñaló en el bar que regentaba, pese a que desde agosto no podía acercarse

el 19 nov 2009 / 10:26 h.

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La policía trabaja en el lugar de los hechos.

 

Rafael abrió ayer su bar a las 6.00 horas, como venía haciendo desde que logró el traspaso en septiembre, colocó las mesas y las sillas en la calle para atender los primeros clientes, la mayoría comerciantes del barrio y trabajadores de Mercasevilla. Una hora y cuarto después estaba muerto. Así se despertó el barrio de Los Pajaritos, con lo que parecía un atraco con resultado de muerte, hasta que se conoció que la persona que había acabado con la vida de Rafael Campos, el dueño del bar Ruiseñor, era su propio hijo. Un joven de 20 años, con tres antecedentes policiales, que fue detenido poco antes del mediodía por la Policía Nacional como el presunto parricida y que, según confirmaron fuentes policiales, tenía una orden de alejamiento del padre desde el pasado mes de agosto, a raíz de una denuncia que éste le había interpuesto, ya que según confirmaron personas del entorno de la víctima las discusiones entre ambos eran frecuentes.

Sobre las 7.15 horas, en el interior del local estaban la hija menor de la víctima, de 17 años, a la que le estaba preparando un bocadillo antes de irse al instituto; un comerciante de la zona y un joven corpulento que vestía una sudadera azul con capucha. Según declaró luego el comerciante a la Policía, no pudo ver la cara a aquel hombre, pero su descripción física coincide con la de José Carlos, que al igual que su padre es alto y fuerte.

El comerciante se fue del bar y poco después, cuando pasaba con su vehículo por la calle Gorrión, que está junto a la avenida de Andalucía, pudo ver como la hija de Rafael abandonaba el bar. Fue entonces cuando se debió originar una discusión entre padre e hijo, probablemente por dinero, ya que el propio Rafael le dijo al comerciante al llegar "me están pidiendo dinero y yo no tengo un duro", sin especificar quién se lo reclamaba. Ambos forcejearon hasta que el hijo empuñó un cuchillo y le asestó varias puñaladas a su padre en el abdomen y en la espalda, aunque la que le provocó la muerte fue una que le cruzó la garganta. La víctima cayó al suelo en medio de un impresionante charco de sangre, mientras su verdugo huía del lugar.Según un testigo, el joven iba cubierto con una capucha y llevaba un casco de moto y un cuchillo ensangrentado en la mano, lo que hizo que fuera dejando un rastro de sangre por la calle, que la Policía estudió minuciosamente durante toda la mañana, acordonando las zonas por las que el joven pasó en su huida. De hecho, los agentes de la Policía Científica localizaron una huella ensangrentada que el autor del crimen dejó al apoyar una mano en un coche aparcado tras el bar.

Poco después llegaba hasta el lugar de los hechos una ambulancia del 061, que intentaron reanimar a Rafael durante media hora, pero nada más llegar al Virgen del Rocío falleció. "Llevaba las manos llenas de sangre, como de haber forcejeado, y la garganta abierta e intentaba quitarse la mascarilla", explicó ayer una de las vecinas que vio lo ocurrido desde la terraza de su piso.

La Policía acordonó la zona en busca del agresor, al que detenía sobre las 13 horas, prácticamente a la misma hora que su padre era trasladado al Anatómico Forense para hacerle la autopsia.

Un chico con malas compañías
La familia de Rafael recibía ayer con dolor la noticia de que el joven detenido era el hijo, aunque por otro lado ya sospechaban que se podía tratar de él, ya que las discusiones entre ambos eran habituales. "No es mal niño, pero se ha juntado con malas compañías", decían algunas personas próximas a Rafael, a las que todavía les cuesta digerir la noticia. "Se juntaba con algunos jóvenes de Los Pajaritos que venden droga, pero no es mal chico", añadían.

Una de las hermanas de Rafael, a la que estaba "muy unido", incluso tuvo que ser atendida por varios ataques de ansiedad a lo largo del día.

 

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