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Un partido escrito por Woody Allen

El matiz de si Muñoz pitó o no antes de expulsar a Reyes cambió el rumbo del partido. Un pequeño detalle que modificó la historia.

el 07 dic 2012 / 23:55 h.

Woody Allen enseñó a la perfección en Match Point cómo una historia puede cambiar radicalmente por un pequeño detalle. Tan pequeño como si al tirar una moneda al aire cae de cara o de cruz. Ayer el Sevilla se iba con la cruz a cuestas del estadio de Cornellá hasta el minuto 90 de partido. La derrota habría disparado todas las alarmas en Nervión y quién sabe si hubiera supuesto el último partido de Míchel en el banquillo sevillista. Él mismo dijo en la sala de prensa, al hilo del pifiazo de Muñiz Fernández al expulsar a Reyes, que estaba indignado por la falta de sensibilidad del ábitro dado que él se estaba jugando el puesto de trabajo.

Pero en el minuto 91 Álvaro Negredo logró que esa cruz se conviertiera en cara. Pocos minutos en el campo y un gran cabezazo del vallecano bastaron para darle un punto al equipo y para mandar al banquillo al senegalés Babá, que una vez más perdió la oportunidad de demostrar porque el club decidió pagar por él tres millones de euros la temporada pasada.

Ahora, con este punto rescatado in extremis el Sevilla podrá tomar algo de aire, aunque no demasiado, de cara a la Copa del Rey contra el Mallorca y al próximo partido de Liga frente al Málaga. Y digo que no podrá aliviarse demasiado porque el gol del empate a dos no debe tapar que el partido del Sevilla fue bastante mediocre para lo que esperan de este equipo tanto la afición como el consejo de administración que traza la línea de los objetivos.

No debemos olvidar que el rival era el último clasificado de la Liga y que hace una semana demostraron que no tenían norte alguno. Tampoco hay que olvidar que el Espanyol apenas tiró a puerta; que Simao remató a placer en el área pequeña; que Diego López no está demostrando si está para sentar a Palop, y que el penalti a favor del Sevilla fue más que dudoso.
Pero lo que no se olvidará nunca de este partido será la desastrosa actuación del árbitro, que expulsó a Reyes injustamente y que para salvarse de la nevera contó en el acta lo que no fue. La televisión deja muy claro que Muñiz pita. Y ese pequeño matiz que echó a Reyes del campo, tan pequeño como la moneda de Woody Allen, sí habría dejado otro partido, y otra historia.

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