Cultura

Un recadito desde Sevilla a Nairobi

Cantaores como El Lebrijano y Pepe de Lucía y bailaoras como Cristina Hoyos y Pastora Galván acudieron ayer a la cita de ‘El Correo de Andalucía’ en la Agencia del Flamenco para conjurarse en favor del duende.

el 15 nov 2010 / 22:10 h.

A pocas horas de que el flamenco se reconozca de forma universal por la Unesco, los nervios y los últimos esfuerzos por demostrar su valía no cesan. La confianza es plena, tanto que el consejero de Cultura, Paulino Plata, uno de los encargados se presentar las cualidades de esta cultura tan española, no dudó en afirmar desde Nairobi que el flamenco tiene "un 99 % de posibilidades".

Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia de la capital keniana, un selecto grupo de artistas acude a la cita de El Correo de Andalucía para dar ese último empujón, entre palmas y cantes, para conseguir que el flamenco ocupe ese pedestal: ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Esta cita tan jonda es en el barrio de Santa Cruz, en la que se considera "la casa de los flamencos", en palabras de María Ángeles Carrasco, directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. El primero en llegar es el cantaor Pepe de Lucía, hermano del mundialmente famoso guitarrista Paco de Lucía, que ha acudido con su familia.

"La puntualidad no es flamenca", bromean, esperando al resto de artistas. Pero en este caso la puntualidad del resto es rigurosamente inglesa. Por la puerta asoma la bailaora y directora del Ballet Flamenco de Andalucía, Cristina Hoyos. "Ella en sí misma ya es patrimonio de la humanidad", le piropea su amigo Pepe de Lucía.

A la reunión de flamencos se unen la cantaora Esperanza Fernández, la bailaora Pastora Galván, que viene de familia con una gran tradición flamenca, con hermano y padres bailaores. El Lebrijano y Lalo Tejada son los últimos invitados en llegar a este encuentro, donde los nervios están a flor de piel.

Entre fotografías y batas de cola de La Niña de los Peines, ninguno duda de las posibilidades del flamenco para obtener el reconocimiento de la Unesco. "Esto es una manera de vivir, de comportarte, de andar...", expresa Pepe de Lucía. Cristina le apostilla: "Somos parte de una cultura en la que expresamos sentimientos de una manera única".

Sobre la internacionalidad del flamenco, ninguno de ellos duda. Desde Japón, donde la cultura del baile lleva calando en los japoneses desde hace ya tiempo, hasta países de Suramérica, norte de Europa o Finlandia. "Las puertas de los teatros se abren para el flamenco, al igual que para la ópera o la música clásica. Entra igual que cualquier otra danza clásica con una categoría excepcional", enfatiza Cristina Hoyos.

Entre estos dos amigos de profesión y de sentimientos recuerdan sus primeras actuaciones y los viajes a través del mundo predicando la cultura del flamenco como si fueran misioneros de su causa.

"El flamenco es la música más viva que hay ahora mismo", sentencia la cantaora Esperanza Fernández. Por su parte, la directora de la Agencia Andaluza del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco, recuerda los nueve meses que llevan dando razones para este reconocimiento "cuando no deberíamos dar ninguna explicación". El Lebrijano añade una cualidad más: "Las letras del flamenco son literatura pura".

Las palmas y el cante se trasladan a la calle para la foto de hermandad. Los turistas que miran con expectación y alguna moto que pasa se detienen para inmortalizar el momento. La confianza se contagia entre estos experimentados en el flamenco. "Ésta vez seguro que sí", murmuran entre ellos. Su profesión, su pasión, su vida, tendrá su sitio.

Cristina Hoyos: La directora del Ballet Flamenco de Andalucía define el flamenco como “un sentimiento que está dentro de ti y del que no te puedes desprender”. “Al país que llegamos, emocionamos a la gente y eso nos hace sentir como en casa”, dice.

El Lebrijano: El veterano cantaor muestra su confianza plena en el sí de la Unesco. “El flamenco es literatura pura”, admite mientras recita letras de algunos cantes flamencos. “Tengo buenas vibraciones en que se lo den”, añade con una amplia sonrisa.

Esperanza Fernández: Esperanza ríe nerviosa ante la expectación. No duda en el reconocimiento mundial del flamenco. “Aunque no sepan el idioma, el sentimiento está a flor de piel”, manifiesta asegurando que “también quitaremos algunos estereotipos”.

Pepe de Lucía: El cantaor y hermano del guitarrista Paco de Lucía no piensa en la celebración si finalmente se declara al flamenco patrimonio. “Yo lo estoy celebrando desde que nací, lo llevamos en la sangre y lo vivimos”, añade con contundencia.

Pastora Galván: Esta joven bailaora ha llevado el flamenco en sus venas desde niña, con su padre y su hermanos también sobre los tablaos. No piensa en ningún momento en una negativa por la Unesco. “Es hora de que se lo den, es muy importante”.

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