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Un reloj con la hora bien ajustada

La Relojería (Centro-Arenal). Un vuelco a este pequeño local que gana en todo al antiguo negocio.

el 12 sep 2014 / 12:30 h.

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Ana Gamero, gerente de La Relojería nos presenta el nuevo aspecto del local. / Fotos: J.C. Ana Gamero, gerente de La Relojería nos presenta el nuevo aspecto del local. / Fotos: J.C. La trayectoria de Ana Gamero parte de sus estudios de hostelería en el Instituto Ribamar, realizando después estudios de sumillería en la Escuela de Hostelería de la Taberna del Alabardero. Profesionalmente pasó siete años en el restaurante de El Corte Inglés del Duque, para luego recorrer varios locales de corte gastrobar como la exitosa La Azotea, el frustrado proyecto Bobo, Pacatar y Chinkoa. Ahora ha decidido navegar por su cuenta y se ha hecho cargo de una pequeña abacería de la calle Harinas que ya funcionaba con el nombre de La Relojería. Si la denominación es la misma, el negocio no tiene nada que ver con lo anterior, ahora ha ganado sorprendentemente en espacio con la nueva barra, en decoración práctica, basado todo en el mundo del vino, con una sabia utilización de cajas de bodegas y un aire artesanal que respira buen ambiente y espíritu acogedor. También en lo que se refiere a tapas y bebidas la cosa ha dado un vuelco, buenas tapas que uno no se explica de dónde salen en tan reducido espacio y una selección de vinos donde se nota el saber de Ana y la estrecha colaboración de Paco Mallén, una de las personas que más entiende de vino en nuestra ciudad. La pequeña abacería se encuentra en la calle Harinas. La pequeña abacería se encuentra en la calle Harinas. El 5 de julio pasado se puso en marcha el proyecto, que debe consolidarse con la nueva temporada. No se limita solo al despacho de buenas viandas y buenas copas, sino que tienen un programa de catas muy interesante. Catas express los jueves a mediodía con Paco Mallén, catas para grupos de hasta diez personas por la noche y la curiosa «tertulia sensorial» donde, siempre en relación con el vino, se estimulan los cinco sentidos usando telas, muestras de tierras, especias, usando antifaces para estimular el tacto y el olfato, en definitiva una experiencia de cata de vinos divertida y diferente. En la pizarra de tapas hay quesos variados de distintas regiones españolas, como el Idiazabal vasco, el Patamulo, tradicional de la zona norte de Valladolid, o un queso de oveja zamorano. Probamos una fresca Ensaladilla (2,50 euros), a la manera tradicional, en este caso con melva, la tapa, como todas las que probamos, es generosa y bien presentada. Tapa de gran presencia y porte es la de foie con queso de cabra caramelizado (3,50 euros), que se termina a soplete y se presenta con unos pequeños blinis, compota de manzana y mermelada de pimientos asados. Rico también un crepe de buen tamaño con espinacas y piñones (2,50 euros), que lleva una salsa de yogur y se guarniciona con un pisto y un pimiento de piquillo. Pero hay más, un atún con tomate (2,80 euros) en su punto, tierno, con el gusto de un guiso tradicional y acompañado por una muy suculenta patata al gratén; guarnición que también aparece en las albóndigas de choco (2,80 euros), la tapa más flojita de la degustación, ya que el interior peca de densidad y adolece de sazón. Crepe con espinacas y piñones (izda.) y tapa de foie con queso de cabra caramelizado. Crepe con espinacas y piñones (izda.) y tapa de foie con queso de cabra caramelizado. Ya hemos dicho que la cuestión del vino es muy importante en esta casa, así se usan copas adecuadas y buenas temperaturas, todos se sirven por copas y siempre encontraremos vinos diferentes a los habituales en otros locales, bodegas con buenas cualidades. Probamos un correcto blanco de Jumilla elaborado con Airén, Pacheco (2 euros), un fresco y jovial cava La Gresca, un más potente y serio Diez Siglos con barrica (2,50 euros). En tintos se propone de la casa Mínimo de Jumilla (1,50 euros), además Milú de Ribera de Duero (2,00 euros), maudes, un crianza de Cigales (2,50), Encomienda, Toro (2,80 euros) y alguno más. Curiosa es la propuesta que Ana llama «Rosado eléctrico» , un rosado con gaseosa a modo de tinto (rosado) de verano. No solo vinos hay para acompañar, un botellín de Cruzcampo muy frío se despacha al módico precio de 0,80 céntimos, también una cerveza artesana de Utrera, Debla se llama, una rubia con buen cuerpo, fresca con el punto de amargor preciso. Para terminar probamos un vino estilo Oporto elaborado por Paco Mallén de muy agradable factura que acompañamos con quesos variados. En definitiva, una visita obligada para todos los aficionados.   LA FICHA.

  • Domicilio: C/ Harinas, 23. 41001 Sevilla.
  • Horario: De 13:00 a 16:00 y de 20:30 a 24:00. Todos los días. Cierra domingos noche.
  • Teléfono: 629 13 62 03.
  • Propietario: Ana Gamero Vigil.

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