El curso político municipal 2012-2013 debe de ser también el del despertar de la oposición. Tras un periodo más que prudencial lamiéndose las heridas, lo que se ha traducido en una labor que pocas veces ha metido en apuros reales a Juan Ignacio Zoido, el horizonte se le empieza a despejar a PSOE e IU con el paso de un tiempo que pone cada vez más en evidencia los incumplimientos del PP de su programa electoral. Esto genera el lógico descontento ciudadano pero, eso sí, para aprovecharlo hay que espabilar y salir del cierto letargo en el que han estado sumidos.
Los socialistas por lo pronto han firmado una cierta tregua interna tras sus tormentosos procesos congresuales. El reto ahora de Juan Espadas es asentarse definitivamente no sólo como líder de la oposición (tras este tiempo empieza a dominar ya la política municipal, y eso tiene que notarse) sino también como referencia del PSOE en la capital. Es verdad que la presencia de la secretaria general de Sevilla, Susana Díaz, es avasalladora, pero tiene que aprender a convivir con este hecho y saber hacerse un sitio, porque el PP ya está empezando a usar contra él la idea de que la actual consejera de Presidencia acabará siendo la candidata socialista en 2015.
Por su parte, Antonio Rodrigo Torrijos debe sacarle más partido a algo tan evidente como que es el concejal que mejor conoce las tripas del Ayuntamiento. El problema de IU es que ha pasado demasiado tiempo defendiendo su herencia, centrándose sobre todo en los temas que fueron de su competencia en sus ocho años de gobierno en coalición. Ahora tiene que empezar a elevar el punto de mira y abrir el abanico, algo realmente complicado para un grupo con sólo dos concejales. Y desde el punto de vista orgánico, las medidas que está obligando asumir el pacto de gobierno con el PSOE en la Junta tienen revueltas a parte de las bases, lo que lleva a pensar que se avecina un curso intenso en el seno de IU.
Las mejores armas con las que van a contar PSOE e IU van a ser los incumplimientos programáticos del PP, la falta de pulso en materia de empleo y vivienda, la ola de descontento contra el Gobierno central por los recortes y la bicefalia de Zoido, aunque para este pulso está invalidado Espadas por su condición de senador. Pese a ello, hay donde hincar el diente, la cuestión es ver cómo está la dentadura de la oposición.
