La hermandad de Los Estudiantes dio ayer buena muestra de por qué gran parte de los sevillanos la consideran señera y ejemplar. Un larguísimo cortejo que nunca pierde la compostura, un crucificado de Juan de Mesa -para muchos de los mejores de la ciudad- y un impresionante paso de palio rematado con unos nuevos faldones delanteros que llamaron sobremanera la atención fueron algunas de las grandes razones para tener tal consideración.
La hermandad había decidido, además, dar un buen rodeo para llegar a la Carrera Oficial por Méndez Núñez y O'Donnell con el objetivo de que las catenarias del tranvía no afearan el tránsito del cortejo ni por la Avenida ni por la calle San Fernando. Así, el larguísimo cortejo de nazarenos y penitentes tomó por completo el barrio del Arenal, desde las inmediaciones de la Plaza Nueva hasta la plaza de la Contratación. Cientos de metros para poder disfrutar de la cofradía. El Cristo de la Buena Muerte, a su paso por el Postigo del Aceite, fue uno de los puntos donde más público se congregó, aunque el día de ayer no fue ni mucho menos de grandes bullas y masificaciones de años anteriores. Metros atrás, la Virgen de la Angustía encaraba la Plaza del Triunfo y buscaba Fray Ceferino para que la música de su banda se mezclara con la del Cerro, que salía de la Catedral. Un momento que fue inmortalizado con decenas de cofrades que querían tener un buen recuerdo de esta cofradía señera y ejemplar.
