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Una cuaresma madrugadora

Con el pie cambiado y el retorno de los fríos y los cielos apagados. Así nos encuentra esta cuaresma temprana en la que la Semana Santa, pese a su cercanía temporal, es aún una certeza lejana.

el 14 sep 2009 / 23:30 h.

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Con el pie cambiado y el retorno de los fríos y los cielos apagados. Así nos encuentra esta cuaresma temprana en la que la Semana Santa, pese a su cercanía temporal, es aún una certeza lejana en el calendario interior del sevillano. Ya se anuncian capirotes de pared a pared en la Puerta de Carmona y aún no hemos tomado aliento después de las otras Pascuas. No importa. Los capillitas volveremos a ser espías de los primeros canastos arriados en las sombras de los templos. Olvidaremos quien puñetas se presenta al Consejo, quien se deja de presentar. Dejaremos de preocuparnos por tanto sayón de paso que pretende hacerse protagonista de lo que sólo pertenece a todos. Tampoco nos importará demasiado quien coge éste o aquel martillo, quien se mete o no debajo de un paso. No creo que nos agobie demasiado si viene una banda u otra? Buscaremos el contacto de las imágenes. Nos detendremos en las magníficas creaciones de los priostes y los currantes anónimos. Sentiremos una íntima e inexplicable plenitud que nos devuelve a otro tiempo y, una vez más, esperaremos el milagro.

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