Excelente partido del Sevilla. Los puntos son los mismos que en Vallecas, donde Unai Emery, pese a amarrar la victoria, recibió tantas críticas por el sistema ultradefensivo. La dinámica acaba por dar la razón, una vez más, al entrenador. De aquellos supuestos lodos vienen estas alfombras ahora, con flores al paso incluidas por la sabia decisión de dar descanso al imprescindible Ivan Rakitic camino del derbi que ya asoma el jueves. Es lo que tiene decidir a priori y juzgar a posteriori, porque si la cosa no hubiese salido a pedir de boca en el estadio de los Juegos Mediterráneos sonarían de nuevo tambores de guerra en torno al vasco. Y sonaría de nuevo Caparrós. Pero todo le fue rodado, incluso en la oportunidad de arriesgar al croata de origen suizo en la recta final del choque, autor de la medida asistencia, la número 10 en el campeonato, para el tanto de Kevin Gameiro, que evitó un sufrimiento insano en los últimos minutos tras el único minuto en que el Sevilla se desconectó, y que dio paso al tanto que llevó al enfado a Beto. Quería irse por cuarto partido consecutivo sin encajar el meta luso. Sofoco y hasta alguna palabra malsontante la que provocó el bueno de Beto con la ocurrencia de ese regate a Rodri que pudo complicar a extremo insospechado el partido al Sevilla, porque pudo suponer el 1-2 y una probable expulsión del jugador de Loures. Qué cosas tiene este portero, al que le sobran esos excesos, como la exageración en la parada de la falta que le lanza Suso desde el borde del área. Toda esta parafernalia le resta credibilidad y alimenta la corriente de que no es el buen portero que necesita un equipo con las aspiraciones del Sevilla.
Y el triunfo de los nervionenses debe ser celebrado por el Betis, que otra cosa es el estímulo cainita. Y en la próxima jornada Sevilla-Valladolid. La misma mano que le echa por el hombro para la lucha por la permanencia será la que intentará ponerle al cuello el jueves en Nervión en la batalla por los cuartos de final de la Europa League, un duelo al que llegan, cada uno en su dimensión, en buen momento. El Sevilla será favorito porque así lo demanda el nivel de su plantilla y seguramente es el que más se juega. Mejor dicho, al que más le irá en el envite será a Emery. Por descontado.
