Éste es el caso de la propuesta de la ONG Save the Children, que ha hecho un llamamiento para ayudar a los más pequeños que no pueden acudir a clase.
En Utrera está el caso de una alumna que padece una enfermedad de larga duración, lo que le imposibilita poder ir a diario al colegio. Es algo que también ocurre en otros pueblos y ciudades. Para que no sea tiempo perdido, la citada entidad ha venido buscando ayuda, dentro del Programa de Atención Educativa Domiciliaria, para que personas voluntarias puedan impartir clases a domicilio.
Los requisitos para colaborar son muy simples: "deben ser, preferiblemente, diplomados, licenciados, o estudiantes del último curso de cualquiera de las disciplinas a impartir, lo que, además, le supondría un acercamiento a la profesión de estas personas y al mundo educativo", explica María del Mar Cabrera, técnico de programas en Andalucía Occidental, quien comenta que "el horario y el área geográfica en que se realiza la atención dependen de la disponibilidad de cada voluntario". La propuesta de colaboración es de cuatro horas semanales en las que "acudirán a las casas de los chavales".
Si bien es cierto que la chica utrerana está siendo atendida desde hace unas semanas por un voluntario de Los Palacios y Villafranca, la ONG sigue intentando fomentar la participación de los vecinos de Utrera, ya que Save the Children corre a cargo de los gastos de desplazamiento y material necesario para la atención educativa, con lo que, "si el profesor fuera utrerano, se originaría menor coste por desplazamiento, pudiendo atender de esta forma a otras personas".
El programa de atención educativa domiciliaria lleva en marcha desde 1999, gracias a un convenio firmado con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. De hecho, es a través de la delegación provincial como la entidad solidaria conoce los casos existentes en los distintos municipios, matriculados en Educación Primaria y Secundaria.