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Una ordenanza regulará el mobiliario urbano y la estética de las fachadas

El Consistorio abre un periodo de participación para aprobar la ordenanza en 2011.

el 23 jul 2010 / 19:40 h.

Las farolas de la Plaza del Pan fueron muy criticadas.

El Ayuntamiento quiere seguir los pasos de Barcelona y aprobar un manual sobre cómo amueblar la zona histórica de la ciudad. Farolas, bancos, papeleras, pavimento, bolardos... y también toldos, fachadas y rótulos tendrán que seguir unos criterios estéticos y pautas técnicas. El objetivo es poner fin a la "selva" de estilos y colores que ahora impera y acabar con polémicas como la de las farolas modernas colocadas en las plazas del Pan, Pescadería y Alfalfa.

Eso sí, la nueva ordenanza, que se prevé que esté lista en los primeros meses del próximo año, será de aplicación sólo en las restauraciones y nuevas obras del casco antiguo, Triana y San Bernardo, por lo que el Consistorio no quitará farolas, bancos u otro elemento urbano que ahora no esté acorde con su entorno. La renovación será gradual.

El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, presentó ayer en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla el trabajo Directrices del paisaje urbano de Sevilla, encargado por el Ayuntamiento al arquitecto Juan Ruesga, el documento base de la futura ordenanza. Durante todo el verano, los ciudadanos podrán consultar y dejar sugerencias sobre este estudio en la web www.paisajeurbanosevilla.org y en la segunda quincena de septiembre y a final de octubre se celebrarán dos foros de debate con vecinos y asociaciones para consensuar la futura ordenanza de paisaje urbano.

"El trabajo se desarrollará durante todo este año y a principios de 2011 podremos tenerlo bastante consolidado", argumentó el delegado de Urbanismo, Manuel Rey, quien apuntó que la plaza de la Encarnación será uno de los primeros espacios en los que se aplicarán los nuevos criterios estéticos y técnicos para amueblar las calles.

Además, el alcalde anunció que se creará un grupo de trabajo en la Comisión Local de Patrimonio y que la Gerencia de Urbanismo tendrá una oficina técnica de paisaje urbano, como ya existe en Barcelona.

Con esta iniciativa, como reconoció el propio alcalde, el Ayuntamiento desarrolla lo que ya plantea el propio Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), que establece que el Consistorio debe regular el paisaje urbano, tener potestad sancionadora y coordinar las distintas áreas municipales y las empresas implicadas, como Lipasam en la colocación de contenedores o Tussam en el diseño de marquesinas. Todo debe ser acorde al entorno, "buscando el equilibrio entre tradición y modernidad", apostilló el alcalde, quien defendió la "cohesión y coherencia" en las obras de la ciudad.

Sánchez Monteseirín, tras defender que el gobierno "nunca" destruyó nada del legado histórico y sí actuó en espacios degradados como la Alameda o la Encarnación, sostuvo que el canon a aplicar en la Sevilla histórica no puede ser "según el gusto de una persona", de ahí que plantease este periodo de participación ciudadana. En su opinión, "algunas tradiciones milenarias resultan que no tienen ni 30 años", criticó en alusión a la actuación de asociaciones conservacionistas.

Ruesga indicó que el paisaje urbano de Sevilla está igual de mal que el de otras ciudades y, tras citar a San Sebastián y Vitoria, explicó que la ordenanza obligará a cambiar elementos poco estéticos, por ejemplo, de fachadas o rótulos. "Dependerá de la política del Ayuntamiento, pero al ciudadano no se le pedirá que cambie algo, sino que se le dirá que incumple la normativa y que tiene que cambiarlo. Desde la oficina del paisaje urbano se le podrá asesorar y ofrecer líneas de crédito", concluyó.

Farolas fernandinas poco originales

Una farola blanca, una roja de bola, una farola clásica, un indicador de tráfico y un soporte publicitario. Todo ello se puede ver en la esquina de Reyes Católicos con Julio César. Según el arquitecto Juan Ruesga, Sevilla está cuajada de ejemplos de falta de criterios técnicos y estéticos a la hora de elegir el mobiliario urbano, algo que, en su opinión, es habitual en muchas ciudades.

Sin embargo, lo que no ve tan normal es la obsesión de un sector de Sevilla por las farolas fernandinas, que no son originarias de Sevilla. Ruesga explicó ayer que su nombre alude a Fernando VII y que se colocaron por primera vez a principios del siglo XIX ante el palacio de Aranjuez. A mitad del siglo XX se venden por toda España, de ahí que se vean en aldeas asturianas o en Vigo, donde hay hasta un club de fans (http://farolasfernandinas.blogspot.com). En cambio, la farola de la Expo del 29, la de caracola, sigue la corriente de farolas colgantes que se pueden encontrar en Nueva York, Londres o Berlín.

Juan Ruega apuesta en su estudio por que las farolas a instalar en Sevilla sean sobre fuste de materiales tradicionales como fundición y por que los bancos sean de piedra y fundición. 

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