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Unidad y firmeza ante ETA

La banda terrorista ETA volvió a atacar la pasada madrugada a la democracia, representada en la sede del Partido Socialista de Elgoibar (Guipúzcoa). Afortunadamente no ha habido que lamentar víctimas aunque sí se han producido importantes daños materiales.

el 15 sep 2009 / 03:31 h.

La banda terrorista ETA volvió a atacar la pasada madrugada a la democracia, representada en la sede del Partido Socialista de Elgoibar (Guipúzcoa). Afortunadamente no ha habido que lamentar víctimas aunque sí se han producido importantes daños materiales. Este atentado se suma al que dejó siete ertzainas heridos en la sede socialista del Bilbao y confirma -tal y como anunciaron los etarras en su último comunicado- que el objetivo prioritario de la banda terrorista es el Partido Socialista de Euskadi.

Pero los terroristas ya han demostrado en incontables ocasiones que su objetivo somos todos los que defendemos el Estado de Derecho y las libertades. Por eso, todos hemos de reflejarnos y solidarizarnos con los socialistas vascos, que sufrieron en la víspera electoral la pérdida irreparable de Isaías Carrasco. ETA está más débil que nunca. Ha vuelto al tiro en la nuca porque cada vez cuenta con menos apoyos. La unidad y la firmeza de todos los demócratas es el único camino. Ahora que comienza una nueva legislatura es momento de dejar atrás la insoportable crispación política vivida en este país para avanzar con altura de miras hacia la desaparición de ETA sin buscar más rédito político que el bienestar de todos los españoles. Los terroristas, debilitados, seguirán intentándolo. Ahora, debemos aislar a aquéllos que siguen gobernando instituciones democráticas pero no condenan el terrorismo. Por eso hay que sacar a ANV de los ayuntamientos, siempre desde la legalidad amparada en la justicia. ETA ya ha perdido esta batalla. Sólo queda que firme el acta e rendición. Los dos grandes partidos políticos y los nacionalistas deben aprovechar el nuevo mapa político para consensuar un nuevo escenario de unidad. Es la hora de los políticos, pero también de la ciudadanía para conseguir juntos el fin de una banda terrorista que ya está muerta, aunque aún no lo sepa.

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