Economía

Vida hispalense en la Antártida

La tierra de los pingüinos y las focas marinas es también ahora la tierra de nuevas especies marinas. El calentamiento del planeta ha permitido a científicos de la Universidad de Sevilla descubrir nuevos ecosistemas tras el desplome de las plataformas heladas del continente blanco.

el 15 sep 2009 / 00:50 h.

La tierra de los pingüinos y las focas marinas es también ahora la tierra de nuevas especies marinas. El calentamiento del planeta ha permitido a científicos de la Universidad de Sevilla descubrir nuevos ecosistemas tras el desplome de las plataformas heladas del continente blanco.

La naturaleza nunca deja de sorprender y, esta vez, los alarmantes episodios del calentamiento global de planeta han permitido descubrir un nuevo ecosistema en el Polo Sur. Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla, a bordo del rompehielos alemán Polarstern junto a científicos de diferentes nacionalidades, estudia la diversidad y biología de los invertebrados marinos en las áreas previamente cubiertas por las plataformas Larsen A y B de la Península Antártica y que ahora, debido a los desatinos del clima, han sido liberadas del hielo que las mantenía ocultas.

Aunque el continente helado queda a miles de kilómetros de distancia, los artífices de este hallazgo no cesan en su intento de acercar la ciencia a la sociedad y han traído hasta la Hispalense muestras de la fauna descubierta para analizarla con todo detalle en los próximos años. Este interesante y novedoso proyecto tiene nombre propio, Climat, y es desarrollado por el grupo de investigación Biodiversidad y Ecología de Invertebrados Marinos de la Universidad de Sevilla (BEIM-US).

Las plataformas heladas donde se realiza esta exploración, Larsen A y Larsen B, situadas en la parte oriental de la Península Antártica, empezaron a sucumbir al constante incremento en las temperaturas medias del aire hace más de una década hasta colapsarse. Larsen A se desarmó en 1995 y siete años después, en 2002, se desplomaron de forma brusca en apenas unos días 10.000 kilómetros de hielo continental de Larcen B.

Este fenómeno ha permitido que el rompehielos alemán Polarstern acceda a lugares hasta ahora inaccesibles que han dejado al descubierto un fondo oceánico que antes no podía ser observado y un nuevo ecosistema repleto de especies endémicas. Según los investigadores, se trata de un tesoro conservado prácticamente intacto desde hace miles de años (ni siquiera este dato se sabe con exactitud, dándose cifras que oscilan entre 2.000 y 10.000 años). Esta fauna ha mantenido su aislamiento gracias a la corriente circumpolar y los 300 metros de hielo que la cubrían.

En el fondo. El proyecto Climant está analizando las características físico-químicas, biológicas y geológicas de los fondos de Larsen A y B, tanto en la columna de agua como en los sedimentos. Las muestras recogidas para el estudio de la fauna bentónica (conseguidos por diferentes artes de pesca y robots especializados a una profundidad de hasta 800 metros en este último crucero y hasta más de 5000 metros en otros) han sido trasladadas a las vitrinas de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla.

"Con las muestras que estamos trayendo en este proyecto tenemos para trabajar unos cinco años", afirma el investigador Pablo José López, quien asegura que aún "hay mucho por descubrir: por un lado estamos censando fauna, describiendo las especies que no están descritas, averiguando su distribución, estrategias reproductivas, relaciones tróficas", indicó.

El resultado de las investigaciones promete generar un avance claro en el conocimiento sobre cómo los ecosistemas antárticos pueden cambiar bajo presión climática, así como el origen y evolución de los ecosistemas de estas plataformas. Esta información es particularmente interesante en un momento en que los recientes cambios climáticos en la Península Antártica presentan aún un estadio de desarrollo temprano y la amenaza sobre los ecosistemas bajo bloques de hielo crece.

Embarcados en el buque, investigadores de la Universidad de Sevilla y científicos de diferentes países intercalaron conocimientos y analizaban el estado actual de toda la fauna antártica. Durante la expedición, estos expertos comparaban zonas de interior y de exterior para examinar el nivel de desarrollo y la evolución de los distintos ecosistemas.

Nuevas especies. En todo este proceso son varias las especies que han sido descubiertas por los investigadores de la Hispalense. En el laboratorio de Sevilla se encuentran géneros conocidos como los picnogónidos (comunmente llamados arañas de mar), aunque en la mayoría de los casos los biólogos tratan aún de saber de qué especie se trata. Así, el proyecto se encuentra actualmente en fase de catalogación y descripción de una quincena de especies (qué son, cómo se reproducen, de qué se alimentan), una tarea que siempre irá ligada a la de divulgación científica, ya que tras un exhaustivo estudio, si se demuestra que dichas especies son realmente nuevas para la ciencia, se comunica a la comunidad científica y los resultados son publicados en revistas especializadas.

Además, durante estas expediciones es posible acumular abundante información visual. Sólo en la última campaña más de 7.000 fotografías digitales de fauna antártica y paisajes fueron registradas, a las que hay que sumar numerosas horas de vídeo.

Todo este material ilustra los trabajos científicos, aportando en muchos casos las primeras imágenes sobre la variabilidad cromática de las especies, y es también utilizado en exposiciones sobre fauna antártica. Estas imágenes facilitan la divulgación de los sucesos que están siendo observados en Larsen A y B, divulgándose desde revistas como Nature hasta títulos como The new book of knowledge 2008, libros de texto y consulta para escolares de EEUU y Canadá con tiradas de más de 10.000 copias.

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