Nada más terminar ayer el tenso Congreso en el que el PSOE de Sevilla eligió a sus 55 delegados que acudirán al Federal, con una lista única pactada in extremis entre los afines al secretario provincial, José Antonio Viera, y los leales a la dirección regional de José Antonio Griñán, Viera y la número dos de Griñán, Susana Díaz, comparecieron por separado restando importancia a la confrontación vivida y poniendo en valor el acuerdo alcanzado, en el que uno y otro bando se arrojan tener la mayoría. El objetivo era cerrar la fractura en dos abierta en la principal federación del PSOE andaluz, pero lo vivido en el cónclave -y en los días previos- resulta ya imparable y en declaraciones ayer mismo a la Cadena Ser, Viera dejó claro que no está dispuesto a olvidar un pulso tras el cual, más allá del debate sobre el apoyo del PSOE sevillano y andaluz a Rubalcaba o Chacón, está la toma de posiciones para dirigir el partido en la provincia tras el 25-M.
Por ello, el secretario provincial tuvo claro que el hecho de plantear el cónclave sevillano como un pulso entre él y el propio Griñán "se podía haber evitado totalmente". Fue el presidente de la Junta y secretario general del PSOE andaluz quien se situó en el epicentro de la polémica cuando comenzaron las divisiones porque la dirección provincial, que apoya a Rubalcaba, acusó a la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, de maniobrar en favor de Chacón. "Atacar a la secretaria de Organización es atacarme a mí", llegó a decir el presidente a El País, que además amagó con no encabezar la lista de delegados sevillanos al Congreso Federal sino era consensuada.
Para Viera, "el presidente no debería haber estado nunca en este escenario ni mucho menos en una confrontación que se ha visualizado con el secretario general". Defendió que siempre ha sido y seguirá siendo "fiel" y "leal" a Griñán "como persona y como secretario general". "Yo tenía clarísimo que jamás pondría en riesgo el prestigio del presidente y jamás hubiera consentido que hubiera dos listas", aseguró ayer. Aseguró que la noche del sábado tras el cónclave, habló con Griñán -que no acudió- y le expresó su "satisfacción" por el acuerdo alcanzado.
Viera responsabiliza así de todo al bando contrario, liderado por Susana Díaz, pese a que fue él quien llevó las negociaciones directamente con el presidente del PSOE sevillano, Fernando Rodríguez Villalobos, que se prolongaron durante toda la noche previa al Congreso sin que fueran capaces de llegar al mismo con un acuerdo y siguieron durante el cónclave por más de once horas. "Estas cosas se discuten y analizan pero nunca deben darse pasos que induzcan a poner justamente ese prestigio [el de Griñán] en riesgo", subrayó ayer.
Tras conocerse la lista acordada, los afines a Susana Díaz y Griñán defendieron que habían logrado imponer a 34 de los 55 delegados, mientras que los leales a Viera rebajaron el equilibrio a 25 de cada bando y cinco elegidos directamente por Griñán para desenrocar las posturas. Ni Díaz ni Viera personalmente quisieron hablar de porcentajes y ayer el secretario provincial negó de nuevo que hubiera "vencedores y vencidos" como sí hubiera ocurrido con dos listas. Aseguró que primó el sentido de la "responsabilidad" y la "generosidad" y que la delegación sevillana al Federal es "integradora de todas las estructuras del partido, alcaldes, secretarios generales, compañeros en el Gobierno o el Parlamento, es una foto clara de lo que es el PSOE de Sevilla".
Una responsabilidad y generosidad de la que Viera se considera artífice. Y por eso ve su liderazgo en Sevilla no solo no cuestionado sino incluso reforzado. Dice haber recibido "aplausos y felicitaciones" por haber conducido el congreso con "responsabilidad" y aliviado las "tensiones" previas. "Ayer muchísima gente sintió con alivio que ese sentido de la responsabilidad se hubiera impuesto a una actitud sectaria y de confrontación".
"Rubalcaba es con mucha diferencia a quien necesitamos"
El PSOE andaluz celebrará hoy su tradicional reunión de la Ejecutiva y, una vez celebrados todos los congresillos para elegir a los delegados provinciales que acudirán al Congreso Federal -en Sevilla, Almería, Cádiz y Málaga el partido acudirá dividido-, Griñán tiene previsto hablar con los ocho secretarios provinciales para poner sobre la mesa la postura que los andaluces llevarán al cónclave. Hasta ahora, la Ejecutiva regional ha defendido la "neutralidad activa" entre Rubalcaba y Chacón, pero congresillos como el de Sevilla han puesto de manifiesto que la dirección regional parece estar cada vez más decantada por la catalana, aunque ni Griñán ni su número dos han dicho públicamente su preferencia (sí lo han hecho miembros del Gobierno andaluz como Mar Moreno, partidaria de Chacón, o Micaela Navarro, afín a Rubalcaba). Tampoco se han pronunciado los líderes provinciales, salvo el secretario general de Cádiz, Francisco González Cabañas -enfrentado a la dirección regional- que apoya a Rubalcaba. Viera también lo había dejado entrever pero ayer fue totalmente explícito al defender que ante la situación "dramática del país" y con un PSOE que viene de perder las elecciones generales del 20N, el partido necesita "una dirección política fuerte y cohesionada, una dirección política que tenga experiencia y capacidad de liderato contrastada y en estos momentos la persona que reúne esas condiciones es Alfredo Pérez Rubalcaba".
El voto de los delegados en el Congreso Federal que se celebrará en Sevilla en febrero será individual y secreto, por lo que Viera instó a "hacer todos un esfuerzo para respetar su criterio" aunque defendió el derecho a dar su opinión. "Como yo lo he hecho, que opino que Rubalcaba es con mucha diferencia la persona que necesitamos para este momento, pero también tengo que respetar que haya otros compañeros que piensen que es Carme Chacón".
Desde los entornos de ambos candidatos, cada uno dice contar con el apoyo del 60% de los 234 delegados andaluces.
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