XXVIII Festival de Música Antigua. Centro Cultural Santa Clara. Programa: Obras de Hume, Abel, De Machy, Hersant, Gourdjieff... Intérprete: Nima Ben David, viola da gamba. Calificación: ***
Por mucho tiempo, el recital que la solista israelí Nima Ben David ofreció el martes en el FEMAS será recordado como uno de los más originales y heterogéneos que pueden proponerse contando como único invitado instrumental con una viola da gamba.
Desde Tobias Hume (1600) a Philippe Hersant (2010), la intérprete demostró que su instrumento también puede ser útil al servicio de la música de hoy. Y si bien un certamen como este no tiene ninguna obligación de hacer parada en los sonidos contemporáneos, diálogos como el que estableció Nima Ben David se agradecen al enriquecer con este cruce de siglos la mirada global que todo buen aficionado debe tener sobre la historia de la música.
La violagambista -que tuvo que imponerse al constante manto sonoro de lluvia que dejó al descubierto la flaqueza del Centro Cultural Santa Clara en cuanto a aislamiento acústico- lució un sonido pequeño aunque muy correctamente afinado en las piezas de Hume, Sainte-Colombe y Abel. Su mejor prestancia en el repertorio antiguo corrió de la mano de un Telemann leído de manera ensimismada, sin grandes alharacas exhibicionistas, sin querer poner el acento en el virtuosismo antes que en el tono melódico y nostálgico de la Sonata en Re mayor que tocó.
El compositor francés actual Philippe Hersant se ha acercado a la viola da gamba desde un respeto profundo por la sonoridad del instrumento. Como es habitual en él no opera en contra del material que pone en juego, respeta las reglas para crear unos evocadores pentagramas que integran técnicas de ejecución moderna al servicio de un discurso de cómoda asimilación. Mejor L'Ombre d'un Doute, banda sonora de Caravaggio, que la muy meditativa Le chemin de Jerusalem. La complicidad que logró Nima Ben David no está al alcance de cualquiera.
