Hugo Sánchez nunca fue un tipo simpático, pero era delantero y se hartó de marcar goles, que era para lo que le pagaban. Convirtió más de 200 en la Liga española, fue pichichi cinco veces y acumuló un título tras otro con el Atlético y el Real Madrid. Este ganador nato es ahora el entrenador del Almería.
La clásica voltereta con la que Hugo Sánchez celebraba sus goles era algo más que un simple festejo. El movimiento final, el de la pelvis hacia delante, excitaba a los aficionados de su equipo tanto como enervaba a los hinchas rivales. Para unos era una invitación para unirse a la fiesta; para otros era un desafío, la humillación del verdugo sobre la víctima. Por eso nunca fue querido más que por los suyos, pero también por eso fue uno de los futbolistas más carismáticos que alguna vez han pasado por la Liga española, para bien y para mal.
Con un carácter así, no fue nada extraño que la carrera del Macho en los banquillos fuese rauda y veloz desde el principio. En 2000, apenas tres años después de dar su última voltereta en el Atlético Celaya de su país, Hugo Sánchez fue nombrado director técnico de los Pumas de la UNAM. En 2004 ganó los dos títulos (Clausura y Apertura) con ese equipo, en el que ya había sido bicampeón como futbolista. E igual que todos los caminos conducen a Roma, todas las señales llevaban al mismo desenlace: Hugol entrenaría a la selección mexicana. Así ocurrió en 2007, pero el éxito no fue el esperado. El combinado azteca alcanzó las semifinales de la Copa América disputada ese mismo año en Venezuela, pero el 0-3 encajado ante Argentina y la eliminación del equipo sub 23 en el Preolímpico precipitaron su final.
Aquello sucedió en marzo de 2008. Desde entonces, el extranjero que más goles ha anotado en la Liga española desapareció de la escena internacional. Ahora se estrena en el fútbol europeo en el Almería. Que su vocación de ganador absoluto cure la herida del conjunto rojiblanco empezará a verse desde hoy mismo.
Para el partido de su bautizo en los banquillos españoles, Hugo partirá con dos importantes inconvenientes: las bajas del mediocampista Juanito y del central Acasiete, uno sancionado y otro lesionado. Tampoco contará con Iriney, Nieto y Míchel. La revolución, sin embargo, se deja para otro día. El equipo que hoy peleará con el Betis podría haber sido alineado perfectamente por Gonzalo Arconada, el predecesor de Hugo Sánchez.
