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Vuelve Jack Sparrow

Cuatro años después de que se 'despidiera' de los cines de todo el planeta con 'En el fin del mundo', Johnny Deep regresa a las pantallas con una cuarta entrega de las aventuras del excéntrico y genial capitán Jack Sparrow.

el 19 may 2011 / 15:05 h.

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El capitán Jack Sparrow se aliará en esta ocasión con un Barbossa muy reformado.

Por más que la crítica (servidor incluido) vapuleara a placer la segunda y tercera entrega de la saga de Piratas del Caribe, Jerry Bruckheimer, su productor y máximo impulsor, tenía cerca de tres mil millones de razones para no dejar que un puñado de gente que "cree saber de cine" le aguara la fiesta. Ello, unido al hecho de que Johnny Depp se moría por volver a calzarse las botas de Jack Sparrow (y quién no lo haría sabiendo que ha cobrado 55 millones de dólares por encarnar al Capitán de la Perla Negra), fueron razones más que suficientes para que, recién estrenada la tercera entrega de la trilogía allá por 2007, los rumores comenzaran a dispararse en torno a la clara posibilidad de que la saga no terminara allí, sino que esa secuencia con Jack alejándose en su bote teniendo en su posesión un misterioso mapa fuera el arranque de toda una nueva serie de filmes.

Pero claro, que Bruckheimer y Depp se mostraran tan entusiasmados con la idea de volver a surcar los mares no significa que todo el mundo se dejara contagiar por ellos. Para empezar, Gore Verbinski, realizador de los tres filmes, había terminado hasta el gorro de los leoninos planes de rodaje a los que había tenido que hacer frente al acometer de forma simultánea la filmación de la segunda y la tercera entrega de la saga, una posición que dejaba claro que el puesto de director quedaba vacante a la espera de que algún cienasta armado de valor quisiera enfrentarse a la enorme tarea que es dirigir una superproducción.

Y quizás más importante que el hecho de que Verbinski se bajara en el primer puerto, era que la Disney (productora de la saga) se negaba en rotundo a que el presupuesto de la cinta alcanzara la desorbitada cifra de los 300 millones que superó (contando gastos de promoción) En el fin del mundo. El primer escollo se salvó de forma rápida, contratando Disney a un Rob Marshall que, al margen del guión, es la mayor duda que ha generado esta nueva entrega de la saga, no porque no sea capaz (Marshall demostró crecerse ante la adversidad con la difícil producción de Memorias de una geisha) sino porque tras dos musicales y un drama histórico, muchos han puesto en duda la idoneidad de su elección para una cinta de aventuras como Piratas del Caribe. En cuanto al segundo, la rotunda negativa de Disney en cuanto a la cantidad a desembolsar ha terminado provocando que el presupuesto de la cinta se haya reducido (en principio, que todos sabemos el oscurantismo al que siempre juegan las productoras de cara al presupuesto final de un filme) en un tercio con respecto a la tercera entrega, recortando para ello considerablemente el guión de Terry Rossio y Ted Elliott, los habituales de la serie, eliminando alguna secuencia que habría encarecido la producción una barbaridad (una de ellas habría tenido lugar encima del río Támesis helado) y pasando de los 142 días que tardó en rodarse En el fin del mundo, a los 95 que han necesitado estas Mareas misteriosas cuyas localizaciones se han trasladado de Los Ángeles (donde siempre resulta más caro filmar) a Londres y Hawai .

Y eso que, aunque el rodaje fue como la seda (como suele ser habitual en las producciones de Bruckheimer), hubo un par de escollos que pusieron en peligro su continuidad. Para empezar, nueve meses antes de comenzar el rodaje, el veterano Dick Cook, director durante 38 años de Walt Disney Studio Entertaiment, máximo responsable de convertir a Johnny Depp en Jack Sparrow y el único que apoyó al actor cuando presentó a la Disney su excéntrica visión sobre el personaje, fue obligado a dimitir de su cargo, una decisión que podría haber hecho que Depp abandonara la producción pero que se saldó con algún que otro comentario por parte del actor.

El segundo de ellos tuvo que ver con el embarazo de Penélope Cruz, que le impidió rodar ciertas secuencias de esfuerzo físico dado su estado, solucionándose el problema con el doblaje de la actriz por su propia hermana Mónica.

Con respecto a la historia que En mareas misteriosas nos tiene reservada, veremos cómo Jack Sparrow se involucra en esta ocasión en la búsqueda de la fuente de la juventud eterna, una aventura nada sencilla para la que contará con la ayuda de Angélica, una antigua amante suya que aprendió de Jack todo lo que hay que saber sobre el arte de la estafa y que es la hija del temible pirata Barbanegra (que encarna el actor inglés Ian McShane, visto últimamente en la adaptación televisiva de Los pilares de la tierra) capitán de la Venganza de la Reina Ana, un barco tripulado por zombis que también va detrás del preciado tesoro, pues pesa sobre él la sombra de una muerte anunciada y su única posibilidad de salvación es bañarse en las aguas de la Fuente. Rindiéndose incialmente ante los exuberantes encantos de Angélica, Jack no tardará en darse cuenta de que ésta sólo lo está utilizando para poder ayudar a su padre.

Así las cosas, Jack decidirá aliarse con un antiguo conocido, el Capitán Barbossa (que vuelve a encarnar, como en la trilogía original, el siempre excepcional Geoffrey Rush) que ha abandonado la piratería y es ahora comandante del HMS Providence, propiedad del Rey de Inglaterra y en el que también navega la exmano derecha de Jack, el sr. Gibbs. Con todos ellos, la acción terminará desembocando en una isla que no aparece en los mapas y en la que que un ejército de sirenas guarda el secreto de la juventud.

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