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Y el pueblo dictó sentencia

Bienvenido, el sepulturero, se acerca con su papeleta a una de mesas dispuestas para las elecciones a juez de paz en el antiguo mercado de abastos de Alcalá del Río. Como hace 14 años, le espera pacientemente José Luis y Nati, que ejercieron por tercera vez en árbitros de una consulta popular en la que se elegía al juez del pueblo.

el 15 sep 2009 / 15:39 h.

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Bienvenido, el sepulturero, se acerca con su papeleta a una de mesas dispuestas para las elecciones a juez de paz en el antiguo mercado de abastos de Alcalá del Río. Como hace 14 años, le espera pacientemente José Luis y Nati, que ejercieron por tercera vez en árbitros de una consulta popular en la que se elegía al juez del pueblo.

"Es una fiesta de la democracia", comenta Bienvenido con la satisfacción del que ha vivido las tres elecciones a juez de paz. El 17 de febrero de 1994 Alcalá del Río protagonizó el hito de ser el primer pueblo de España en el que el juez de paz era propuesto. La cita se repitió en 1999 y ayer tuvo su tercer encuentro con los vecinos, muchos de los cuáles debutaban en esta experiencia, cuanto cabe, singular.

Es el caso de Julio Velasco y su hijo, que también se llama Julio que, pese a ser primerizos en los comicios, tenían decidido el voto desde hace tiempo. Y no es para menos, ya que un familiar suyo, Gloria Dolores González Velasco, era una de las seis candidatas. "Casi todos los aspirantes tenemos muchos familiares y es normal que el voto quede en casa", admite Francisco Javier Velázquez, otro de los candidatos que estuvo toda la tarde a las puertas del antiguo mercado.

Las urnas abrieron a partir de las 16.00 horas, aunque la gente prefirió dejar pasar la hora de la siesta y empezar a acudir en masa a las 17.30, hasta el punto de formar las primeras colas de un grupo heterogéneo tanto en la antigua plaza de abastos como en las oficinas municipales de las pedanías alcalareñas de Esquivel, San Ignacio y El Viar.

Apuestas. Entre ellos estaba la pareja formada por José Correa y Obdulia Velázquez, que sin cortarse un pelo hizo su particular apuesta, al afirmar que saldrá el mismo de siempre, es decir, Joaquín Velázquez, que lleva 47 años al frente del Juzgado de Paz y cuya popularidad se disparó fuera de Alcalá tras reducir a un atracador que iba armado con su escopeta.

Joaquín, a sus 74 años, fue de los más tempraneros a la hora de votar, aunque también es verdad que su domicilio está a escasos cinco metros del improvisado colegio electoral. A su estela llegó Francisco Javier Velázquez y, seguidamente otros dos candidatos: Eloisa Domínguez y Miguel Guzmán. Entre todos se palpa buen ambiente y hasta Domínguez destacó que la bonito del referéndum es que está exento de la bronca que se da entre políticos. "Aquí hay muy buen ambiente entre los candidatos", confesó.

Incidencia. El sexto de la terna de aspirantes protagonizó la incidencia de la jornada. José María Castellano llegó a media tarde, papeleta en mano, para alertar al alcalde, Juan Carlos Velasco Quiles (IU), de un error de imprenta: en la papeleta aparecía con el apellido Castaño. "Eso me pasa por no ser del pueblo", ironizó, restándole importancia a lo ocurrido y, de paso, dejando claro que era el más débil de los aspirantes ya que vive desde hace muy poco tiempo en Alcalá del Río.

Al final el pueblo eligió a ............ y ahora la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Alcalá del Río, que deberá pasar esta designacion en el próximo pleno para dar validez a la voz del pueblo que, por tercera vez en su historia, se puso la toga y dictó sentencia para designar a la persona que implante cátedra en el municipio.

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