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Zapatero defiende su plan social y Rajoy dibuja un nefasto futuro

El presidente del Gobierno y el líder del PP hacen balance de un «duro» año de crisis.

el 30 dic 2010 / 20:31 h.

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Gobierno y oposición hicieron ayer balance de un 2010 marcado de nuevo por la crisis y este año además por los recortes sociales puestos en marcha. En su resumen José Luis Rodríguez Zapatero auguró la enésima recuperación económica del país, mientras Mariano Rajoy dibujó un catastrófico horizonte.

"Mi Ejecutivo ha sido el que más ha mejorado las políticas sociales en España". Fue la reivindicación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su año más aciago desde que llegó a La Moncloa hace seis. Un 2010 en el que congeló las pensiones, bajó el sueldo a los funcionarios, decidió elevar la edad de jubilación a los 67 años, retiró de la ayuda de 400 euros a los parados de larga educación o eliminó el cheque bebé.

Pese a todo Zapatero defendió el pasado social del PSOE y anunció que comparecerá en el Congreso de los Diputados para presentar un informe exhaustivo que lo demuestre. En rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa para hacer balance del año que termina, el líder socialista respondió así "a los sectores que dicen que su Gobierno es el que más recortes sociales ha hecho".

Recortes sociales al margen, el jefe del Ejecutivo consideró cumplido el objetivo del pasado año "de salir de la recesión" y vaticinó el principio de la (lenta) recuperación en 2011. Así, Zapatero, que se negó a desvelar su futuro político, confirmó que el objetivo fundamental en 2011 es entrar en la senda de la creación de empleo y añadió que también queda por delante la tarea "muy decisiva" de consolidar y fortalecer el crecimiento, "aún lento", de la economía. El presidente indicó que el PIB crecerá en el cuarto trimestre del año, de forma débil, y aseguró que ya hay datos alentadores sobre la corrección de los desequilibrios de la economía.

Reformas en consenso. En este sentido, también se congratuló por la reducción a la mitad del déficit debido a las medidas de ajuste, "duras y difíciles". Y defendió las reformas estructurales, como la de las pensiones y la laboral, cuya entrada en vigor, asegura, muestra ya señales positivas. Así, destaca que en agosto los contratos de fomento a la contratación indefinida crecieron una media del 50%. Unas reformas que se comprometió a cerrar con un mayor consenso.

Un panorama distinto dibujó el presidente del PP. Mariano Rajoy apuntó que sólo el triunfo de la selección española en el Mundial de fútbol o el premio Nobel a Mario Vargas Llosa, han salvado un año en el que casi todo ha ido a peor. El líder popular reclamó ayer de nuevo "un profundo cambio político" para comenzar la recuperación económica y social, pero dejó claro que mientras eso no suceda hará "lo posible" para evitar que la factura que pueda dejar el Gobierno a los españoles sea "lo menos mala".

Al igual que Zapatero, Rajoy hizo diversas llamadas al diálogo durante la conferencia de prensa que ofreció en la sede nacional de su partido, a la que no acudía precisamente desde hace un año, también para hacer balance del año que termina. Un balance que sintetizó con estas palabras: 2010 "ha sido un año duro" durante el que "se han sucedido las malas noticias".

La solución para poner fin a ese "empeoramiento" consiste, según apuntó Rajoy, en adoptar una serie de medidas y acometer un paquete de reformas que generen confianza en la economía española y alejen los rumores de rescate financiero de la UE, cuestión de la que espera "no se hable nunca más". Esas medidas y esas reformas las repitió el líder del PP varias veces: lo más urgente es la reestructuración del sistema financiero, de tal forma que cuanto antes puedan las cajas convertirse en bancos y tener accionistas, y luego una ley que fije un techo de gasto a todas las administraciones. También abogó por una reforma fiscal que ayude al emprendedor, por otra de la negociación colectiva, por la del modelo educativo y por la del sistema de pensiones. Y ahí concluyó cualquier otro tipo de concreción.

Presidente y jefe de la oposición sí coincidieron en el diagnóstico sobre ETA. Ambos advirtieron a la banda terrorista de que ya no valen "subterfugios ni palabras gastadas" y que lo único que puede tener valor es su fin "absoluto, incuestionable".

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