Un espectáculo de fuegos artificiales ante más de 5.000 personas alumbró, a las once de la noche, la Exposición internacional de Zaragoza. Hora y media antes, el Ebro inundó los discursos de la apertura oficial. Hubo incluso un guiño para Sevilla: si la Expo del 92 unió las culturas del mundo, la de Zaragoza lo hará más sostenible.
Por lo menos, debatirá acerca del uso racional de uno de los elementos naturales más codiciados: el agua. Y "es que el agua habla sin cesar y nunca se repite", citó don Juan Carlos, a lo que añadió: "La Expo está llamada a ser un éxito". Algo que se podía palpar en el ambiente de optimismo que se respiraba a las puertas del recinto cuando pasadas las ocho y media empezaron a llegar las primera autoridades.
Poco después, la Familia Real al completo hacía lo propio y fue recibida con honores militares. La atención se dirigió entonces al Palacio de Congresos, donde las principales personalidades firmaron en el libro de honor de la muestra.
Enseguida se estrenó el auditorio con las intervenciones del comisario de la Expo, Emilio Fernández-Castaño; un emocionado alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch; el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias; el de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE), Jean-Pierre Lafon; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el Rey, don Juan Carlos. Al término de los discursos oficiales se procedió al izado de banderas del BIE y de España con lo que la muestra internacional de Zaragoza se declaró oficialmente inaugurada a las 22.20 horas del viernes.
Espectáculos . Fue el momento entonces de dar paso al primer espectáculo audiovisual montado sobre una coreografía en la que niños de todo el mundo pusieron su gota -de agua- sobre el escenario.
A continuación, la actriz Belén Rueda hizo repaso de todas las muestras organizadas desde el siglo pasado. El punto y final fue otro espectáculo coreográfico en el que se resaltaba la relación del hombre con el agua en sus tres estados: sólido, líquida y gaseosa. El broche final de la ceremonia estuvo en la voz de Montserrat Martí, quien interpretó el himno de la muestra.
Una hora más tarde, pero ya en la Plaza Expo, un castillo de fuegos artificiales sirvió finalmente como colofón de la gran fiesta del agua.
