Un nuevo hito en la historia del fútbol provincial. El Écija Balompié es el sexto embajador que disputa una final del play off de ascenso de Tercera División, un privilegio que con anterioridad correspondió a Sevilla Atlético, Real Betis B, Coria, Alcalá y Gerena. El primer representante que alcanzó la finalísima para tratar de escapar de las catacumbas fue el Coria, que en 1957 compareció en la última criba, que en aquel momento conducía a Segunda División, ante el Calvo Sotelo, a la postre campeón y ascendido. En 1962, el afortunado fue el Sevilla Atlético, que obró la hazaña de escalar hasta el torneo de plata después de ajusticiar al Lugo en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Tras el discreto peregrinar de los 60 y 70, el pelotón provincial repitió comparecencia en una final gracias a la candidatura del Sevilla Atlético, que en la 1982-83 apeó en primera ronda al Manchego para, ya en la suerte decisiva, claudicar ante el Figueres (3-1) en Cataluña y firmar las tablas en Nervión. Apenas unos años después, concretamente en la 84-85, el Betis Deportivo de José Enrique Díaz disputaba su primera final de un play off ante la Cultural Leonesa después de extinguir al Telde canario. Los cachorros aplastaron a la Cultu, que encajó un demoledor 9-1 en el Benito Villamarín. La vuelta fue un trámite festivo antes del aplauso público tributado en La Palmera.
Los éxitos más modernos fueron inaugurados por el Alcalá en la 2003-04, en la que el cuadro de Carlos Ríos logró el ascenso al torneo de bronce después de burlar al Plasencia, su víctima en semis, y el Hellín, al que liquidó en el tiro de gracia. Ya en el nuevo milenio, el Real Betis B del trianero Paco Chaparro se presentó en la última prueba de la 2006-07 para alzar el pulgar en señal de júbilo ante el Reus en Cataluña. El Coria de Antonio Manuel Racero, Puma, silenciado en la 2011-12 por el Fuenlabrada en la última serie de un curso memorable, el Real Betis B de Óscar Cano, tiránico en la vuelta de la finalísima de la 2013-14 ante el Orihuela, y el CLC Gerena del laureado José Juan Romero, que claudicó ante el Pobla de Mafumet catalán en la campaña 2014-15, fueron los últimos mohicanos de una historia en la que el Écija Balompié pretende ser uno de los héroes. A sólo 90 minutos de unirse al libro de la antología del fútbol de la vieja Híspalis.
