Adiós a la zurda del Betis

Image
22 mar 2019 / 19:58 h - Actualizado: 22 mar 2019 / 20:01 h.
"Real Betis"
  • Imagen de archivo de Rogelio Sosa en su Coria natal. / David Estrada
    Imagen de archivo de Rogelio Sosa en su Coria natal. / David Estrada

TAGS:

Se nos ha ido la “zurda de caoba”, mito e historia del fútbol sevillano. Rogelio Sosa, encarnó el espíritu del Betis durante las 16 temporadas en las que fue parte de su vestuario. Hacía del fútbol un arte, una gracia torera. “Yo no corro, porque correr es de cobardes” dicen que le dijo al entrenador Szusza, y aquellas palabras se convirtieron en historia viva del fútbol español.

De alguna forma u otra –y dejando atrás lo anecdótico de la frase- el chascarrillo de Sosa escondía una auténtica filosofía de vida que traspasaba lo meramente deportivo.

No compartía la visión del entrenador húngaro, que le pedía un poco más de esfuerzo. Él se entendía con la pelota sin necesidad de sufrimiento, la manejaba a su antojo, en largo y en corto, ganándose la admiración de los campos rivales que iba conquistando.

Fue su pierna izquierda la que se ganó el mote y el mito, por su especialidad en goles olímpicos. La fama lo situó en varias ocasiones en las quinielas del Madrid y el Barça, pero quienes le conocen dudan que hubiera podido ser tan feliz como fue en el Betis, tan cerca de sus raíces corianas.

Rogelio llegó al Betis siendo apenas un adolescente, y tras unos años fuera volvió a la que sería su casa durante toda su carrera deportiva. Vivió tiempos de gloria – y tiempos menos amables- en el seno verdiblanco, y culminó sus años de servicio al club entre 1994 y 1997, como ayudante de Serra Ferrer.

No pudo acudir al homenaje a los Campeones del 77, pero el Betis decidió honrar su trayectoria el año pasado en el Benito Villamarín. Quedará en la memoria colectiva, porque ante todo fue un jugador querido y admirado por todos.

Hoy el fútbol sufre el luto de los béticos, porque Rogelio siempre será Betis y el Betis siempre será fútbol. No diremos adiós, sino hasta siempre.