Cada vez menos sardinas en los chiringuitos. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) alerta de la falta de biomasa (peces adultos) como principal argumento para la prohibición de la captura de este delicioso manjar, ya que la cifra actual ha ido retrocediendo de forma continua desde 2006, estando actualmente por debajo de la mitad del límite biológico de seguridad. Lo asiduos al colosal producto marino desde hace años, hemos conocido a la sardina como la única forma de comer pescado en arenque por su bajo coste, a ver un kilo rondando los doce euros. Ya no sólo nos quedamos sin costa por la acción del mar sino que las sardinas pueden desaparecer de las cartas, todo un desastre. Por dios, cuidadito con el fuego que solo faltaba que se quemaran los campos de cebada para declarar la playa zona catastrófica, tú me entiendes. Lo que jamás perderá su encanto para mí, a pesar de los tiempos, es Sanlúcar de Barrameda. Ya no existen sus casetillas a rayas o el chiringuito de Frasquito pero sin embargo el carisma de pueblo marinero y sus costumbres se siguen conservando. La orilla de este lugar sigue siendo la protagonista desde hace más de 170 años de las carreras de caballos en la playa. Algunos dicen que el origen es mitológico recordando cuando el Dios Febos desenganchaba los caballos de fuego de su carroza al llegar a esta costa, o a los tiros de caballos que usaban los pescadores para sacar la pesca, sea cual sea allí estaremos siempre para mantener esta traición.
Hazme un favor, sé feliz.