Buenos momentos

Image
09 jun 2019 / 06:00 h - Actualizado: 09 jun 2019 / 06:00 h.
  • Buenos momentos

Algo tan sencillo y tan pleno, la esencia de la vida sintetizada en dos palabras: buenos momentos. Nunca sabemos hasta cuando estaremos por aquí pero de lo que sí debemos tomar conciencia es que está en nuestras manos llenar de calidad nuestra existencia. Los buenos momentos son el oxígeno de la vida y, como todos sabemos, te mueres si no respiras... Más que "buenos momentos", yo casi diría que "buenas eternidades" porque un momento es un lapso de tiempo breve, de esto que te preguntan: "¿cuándo vienes?" y contestas: "¡en un momento!" para significar que llegarás rápido, pero, paradójicamente, un buen momento no pasa rápido, muy al contrario, llega para quedarse.

Como la tostada del desayuno

Los buenos momentos son los que transforman minutos en horas llenas de sentido e inspiración, los que hacen que el café de las 4 se convierta en la tapita de las 10, por eso decía que sería más acertado llamarlos "buenas eternidades" porque perduran en el tiempo, no se diluyen como el azúcar en el café, sino que son más bien como ese fino hilo de aceite de oliva que impregna la tostada matutina: rápidamente te hace abrir los ojos, te nutre, te llena de energía... Los buenos momentos son los responsables de que tengas la mente y el corazón atentos; los buenos momentos son mucho más que entretenimiento, son los cimientos del buen entendimiento inter e intrahumano, es decir, cuando creas esas "buenas eternidades" (como ya hemos dicho, los buenos momentos no pasan rápido) consigues conocerte más a ti mismo porque al sentirte más cómodo, más relajado y feliz sale lo mejor de ti y, al tiempo, consigues conectar más con quienes tienes al lado porque, los buenos momentos suelen crearse mejor entre varias personas.

Los artistas de buenas eternidades

El alma de los buenos momentos, las "buenas eternidades", son la obra de los artistas cotidianos (no fabricantes, porque las "buenas eternidades" son algo artesano y, por lo tanto, van de la mano de la autenticidad, la espontaneidad, la sencillez, el querer, el disfrutar, el aportar...), es decir, que tú, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tu familia... sóis artistas -en potencia- de las buenas eternidades, todos tenemos la capacidad de crear ese oxígeno vital de los buenos momentos pero, lo que marca la diferencia, es el necesario paso de la potencia al acto -como diría Aristóteles-. No basta con buenas intenciones, hay que pasar a la acción: ¿quieres cantar en un karaoke? ¡házlo! aunque no se te de bien, tus amigos no son los coaches de La Voz, sólo quieren compartir un buen rato contigo; ¿te gusta esa persona? ¡pues no te quedes sentado "esperando a verlas venir"! ¡manos a la obra y hazla sonreír!; ¿quieres hacer esa barbacoa? no lo dudes, organiza la reunión y ¡a crear satisfacción!

Cualquier hora es genial para crear una "buena eternidad" y cuantas más crees, mayor capacidad pulmonar va a desarrollar tu vida porque los buenos momentos tonifican, refrescan y te llenan de ganas de sentir, compartir y, en definitiva, de conjugar todas las formas del verbo vivir.

¿Es buen momento? depende de ti...