Caballero Bonald y el patio de Monipodio

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03 abr 2016 / 17:53 h - Actualizado: 03 abr 2016 / 17:53 h.
"Viento Sur"

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José Manuel Caballero Bonald vuelve hoy a la Sevilla de Cervantes, que él tanto contribuyó a desentrañar. Nuestro Siglo de Oro no fue un azar, sino una consecuencia. La respuesta de la belleza frente a la tiranía de un imperio que empezaba a declinar cuando más poderoso parecía.

El escritor de La Argónida también lleva media vida en ese oficio de resistencia. Combatió el franquismo con reuniones clandestinas, breves encarcelamientos, su autoexilio en Colombia, pero sobre todo con una poesía cargada de barroquismo frente a la simpleza fascista. Se alzó también contra el silencio mediante un magnetófono donde impresionaba la voz de los sin voz, los flamencos. Y nos hizo enamorarnos de Agatha cuando ni la ecología ni la magia aparecían en las plataformas reivindicativas de la platajunta.

Ahora, cuando su calidad ciudadana es ya tan aplaudida como su indudable calidad literaria, es uno de esos escritores que sufre en sus carnes desde 2013 un moderno patio de Monipodio, que enfrenta al ministerio de Hacienda, que requiere que los artistas sigan activos para ingresar impuestos y al de Empleo, que reclama que dejen de cobrar su pensión si perciben otros ingresos por encima de 9.000 euros. Caballero Bonald ha sido uno de los saqueados por esos sicarios. Hay muchos otros sancionados, desde Antonio Gamoneda a Javier Reverte o Eduardo Mendoza. Es todo un símbolo. El poder del imperio que ya no lo es, sigue persiguiendo a Cervantes, a Lope, a Góngora o a Quevedo. Quizá sea tan sólo codicia pero, ¿qué quieren que les diga?, entre estas practicas y el IVA cultural, lo que parece que molesta es la magia, la ecología, las voces de los sin voz, la belleza frente al autoritarismo. Lo que molesta es Caballero Bonald y su cofradía de artistas capaces de robarle al poder infame su injusto predicamento y lo que pueda quedarle de prestigio.