La vida del revés

Carta abierta a Albert Rivera y no de amor, precisamente

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29 may 2019 / 08:26 h - Actualizado: 29 may 2019 / 08:29 h.
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  • Albert Rivera. / EFE
    Albert Rivera. / EFE

Estimado señor Rivera:

Llegó usted al mundo de la política con muy buen pie y supuso una bocanada de aire limpio y fresco para el Parlament de Cataluña que, ya por entonces, comenzaba a enrarecer, de forma peligrosa y llamativa, el tono político. Su entusiasmo y su disposición para involucrarse en todo lo que fuera necesario fue celebrado por muchos. Entre esos muchos me encontraba yo mismo.

Tuvo usted las cosas claras; quería que la política española fuera mucho mejor y no motivo de burla y bromas. Parecía que tenía claro algo tan elemental como es que el centro político es muy ancho y puede acoger a un altísimo porcentaje de la ciudadanía. Se fue rodeando de personas sensatas, ideológicamente estables porque estaban agarradas a la zona robusta del pensamiento crítico.

Todo iba bien hasta que usted decidió que su formación se parecía poco a un partido político; que el poder estaba ahí esperando a que usted lo quisiera ejercer; que las personas eran importantes aunque no más que usted mismo y su organización. Todo iba bien hasta que decidió comenzar a competir y a modificar posiciones de forma incomprensible y errática. Y fue entonces cuando su partido se convirtió en la novia de todos, en la Dama de las Camelias de la política española. Es verdad que, ahora, le votan muchas más personas que antes. Pero es que antes le votaban muy poco, señor Rivera. Bien sabe usted que ha tocado techo y que no ve salida para crecer lo suficiente como para ocupar el hueco del Partido Popular.

La única opción que le queda es hacerse mayor en esto de la política, apostar por usted mismo y tratar de ganar para poder hacer cosas importantes. La única opción que le queda a usted es pactar con otras formaciones para obtener una cuota de poder en el territorio nacional que C’s no sabe, todavía, lo que es. Pero no pactar con cualquiera ni a cualquier precio, pero no intentar bobadas como la que ha propuesto a través del señor Villegas (sí, eso de hacer renegar de su secretario general y de las políticas del Gobierno a los líderes territoriales socialistas). No sea usted un majadero y haga política. Ha estado demasiado tiempo jugando a la pequeña política y eso le está convirtiendo en una especie de títere que se mueve al son del que acumula más votos (que nunca es usted y que, si alguna vez lo ha sido, no ha tenido el coraje de intentar todo para gobernar ¿Recuerda las últimas elecciones en Cataluña?).

Tengo una mala noticia para usted, señor Rivera, ya le voy adelantando que si pacta con la extrema derecha de este país estará cavando su propia tumba política. Esas cosas al principio no se notan, parece como que no ha pasado nada. Y un día, se convocan elecciones y uno ve llegar el fracaso sin remedio. Si su opción es la extrema derecha, no pacte. Mejor votamos otra vez.

Sé que esto que le voy a decir lo tiene usted pensado y requetepensado, pero se lo recuerdo. Usted puede pactar con el PSOE a máxima altura. Puede facilitar el Gobierno de España. Si hubiera sido usted algo más astuto hubiera podido reclamar un par de ministerios y su vicepresidencia aunque destrozó tanto que, ahora, se tendrá que conformar con otras cosas. Facilite el Gobierno de España al señor Sánchez. Pida a cambio algún ayuntamiento importante y alguna Comunidad Autónoma; en su defecto construya Gobiernos de coalición. Y piense en deshacer lo de Andalucía. El día que pueda ser, hágalo. Usted diga esto al señor Sánchez y deje las bobadas de jovenzuelo para los nuevos.

Pacte, señor Rivera. Haga cosas importantes por su país, señor Rivera. Sea usted adulto (en política), señor Rivera.