La paciencia es una virtud tanto en la vida como en bolsa, constituyendo el tiempo el mejor aliado de las buenas inversiones. Existe, no obstante, un recurso para los inversores menos pacientes, a saber, los llamados catalizadores de inversiones.
En química, se denominan catalizadores a las sustancias cuyo único efecto es el de aumentar la velocidad de una reacción química, sin afectar al resultado de la misma. Los catalizadores están presentes en muchas reacciones químicas, tanto industriales como naturales.
Los catalizadores de inversiones en bolsa pueden tener un papel fundamental en el value investing, es decir, en ese tipo de inversión a largo plazo, ya que muchas inversiones no se rentabilizan hasta pasado un tiempo.
Como es imposible prever el tiempo que puede tardar una acción en alcanzar su valor intrínseco y, para evitar largas esperas, muchos inversores buscan sociedades cotizadas que vayan a ser beneficiadas por algún acontecimiento notorio y próximo.
Se podría definir a los catalizadores de inversiones como aquellos acontecimientos en el entorno de una sociedad cotizada en bolsa que hacen que su precio se aproxime rápidamente a su valor subyacente.
Entre los más conocidos catalizadores de inversiones se encuentran una gran cantidad de situaciones que pueden darse en una empresa. A modo de ejemplo se pueden enumerar varias que se dan con más probabilidad, tales como una OPA, la salida al mercado de un nuevo producto novedoso por parte de la empresa, el descubrimiento de un nuevo producto, la apertura de una nueva línea de negocio, el registro de una patente, la entrada de algún gran inversor dentro del accionariado, etc. Como se puede comprobar, no existe por tanto un numerus clausus de catalizadores.
El inversor no debería descartar la inversión en una buena empresa porque no tenga catalizadores, pero si los tiene este aspecto debe considerarse de manera positiva.