Dani Ceballos se ha ganado a pulso su renovación. El mediocentro de Utrera ha respondido con calidad y desparpajo a la oportunidad que le ha brindado Pepe Mel, que tenía claro desde el principio que era un jugador diferente que podía y tenía que explotar en este Betis que muy pronto será de Primera División. El canterano debe tener un papel protagonista en el equipo del próximo año, en el que, dicho sea paso, deben producirse unas cuantas novedades en altas y bajas. El Betis necesita que el paso por Segunda División sea sólo un recuerdo del pasado dentro de unos meses. Debe construir su futuro con cimientos muy sólidos y Dani Ceballos es, sin duda alguna, uno de los pilares en los que debe apoyarse el proyecto de la próxima temporada.
Llegados a este punto da igual quiénes han influido de forma decisiva en la decisión definitiva del jugador de seguir en Heliópolis pese a tener un futuro muy prometedor por delante. Ha sido su decisión y hay que elogiarla porque, ante todo, ha sido valiente. Valiente porque muchos con su edad se subieron a la parra en su día para pedir un dineral que el Betis no podía soltar por un chaval que, por mucha calidad que tuviese, sólo venía empujando fuerte desde abajo. Mel le ha ayudado muchísimo a la hora de poner en una balanza los pros y los contras de seguir en un Betis que, también hay que dejarlo claro, ha sabido valorarlo, protegerlo en los momentos de dudas y relanzarlo.
Su más que probable renovación, que será oficial en cuestión de días o como mucho una semana, debe poner el punto y final al único culebrón que el Betis debe permitirse. Mel y sus hombres saben perfectamente que de lo único que debe hablarse es del próximo partido de Liga y de la celebración del ascenso. Porque, pese a la opinión de algunos, la vuelta a Primera hay que celebrarla. Es cierto que el ascenso era el único camino posible para un club de Primera y una afición de Champions, pero, lógicamente, nadie que sale vivo de un accidente, entendiéndose por accidente el descenso del curso pasado, monta una fiesta para celebrar que está vivo. Y este Betis de Mel y Ollero está muy vivo. Y con Ceballos, que no es poco.