De aquellos lodos estos barros

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02 jul 2015 / 20:46 h - Actualizado: 03 jul 2015 / 09:33 h.
"Podemos","Pablo Iglesias","Alexis Tsipras"

El mensaje político puede someterse a una elasticidad infinita, pero siempre en función del momento y del aprovechamiento electoral. Y esto es, precisamente, lo que están haciendo los dirigentes de Podemos; estirar y modificar sus argumentos en base a cómo se suceden los acontecimientos. Pablo Iglesias y los suyos saben que de aquellos lodos helenos pueden llegarles los peores barros; las palabras deben comedirse y moderarse porque ahora se respira el peligro de la caída, y porque toca y punto. Mientras, el PP de Mariano Rajoy se beneficia de los cambios de opinión de Tsipras que, en el momento de redactar este artículo, mantenía el referéndum y pedía el «no» para presionar a la Troika. Al final, casi con toda seguridad habrá acuerdo. Le interesa a Europa.

Y en nuestro querido país, donde gobiernan los antiausteridad en algunos Ayuntamientos gracias a los pactos de última hora, entre ellos Madrid, se manejan con mucho ruido mediático las actitudes y aptitudes de Syriza. Algunos responsables de la derecha ya alertan a gritos de un posible corralito español o de tocata y fuga en el caso de que Podemos toque pelo nacional tras las próximas elecciones de noviembre. El rechazo o la pérdida de esperanza social es lo peor que le puede ocurrir a la formación de Iglesias, que sustenta sus votos en las promesas de cambio a mejor. Pero, ojo, al ciudadano cañí no le gusta que le anden tocando la pasta o que le digan cuándo puede o no sacar más o menos del cajero automático. Hasta ahí podía llegar la broma, oiga.

Así las cosas, Podemos se acerca cada vez más a aquellos que criticaron por sus primarias o sus mensajes poco claros y difusos. Entre los morados ya existe el desacuerdo, el voto en contra, las víctimas de partido y los apartados. Podemos se instala de lleno en la casta.