Los padres y madres no daban crédito, gracias al apoyo de todos los partidos de la oposición una propuesta del grupo Podemos conseguía salir adelante en el Parlamento de Andalucía ante la negativa del grupo socialista, quien votaba en contra de una ley que afecta única y exclusivamente a los niños y niñas, ciudadanos del mañana a los cuales este gobierno debe una ejemplar educación pública y algo de sensibilidad. La Ley de Bioclimatización propuesta y aceptada de Podemos permitirá introducir en los colegios e institutos climatización mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías renovables, incomprensiblemente únicos centros oficiales que no cuentan con refrigeración en pleno siglo XXI. Dicha propuesta evitará así acortar el curso escolar antes de lo previsto, como ya ocurriese el pasado año por decisión de un gobierno que sugirió abanicos en las aulas para evitar el calor. El resultado: niños con abrigos y guantes en invierno, en verano desmayados por las altas temperaturas que en sus clases se alcanzaban y la iniciativa de unos padres y profesores que con pitos, flotadores, bañadores y pancartas se agrupaban bajo la plataforma Escuelas de calor manifestándose con la única finalidad de conseguir un ambiente educativo saludable para con los alumnos, niños cuya presidenta desoye antes de apoyar una ley que lleve la impronta o la iniciativa de Podemos Andalucía. Pero resultó que la unión hizo la fuerza y ganó la salud de los alumnos al plan cutre de ventiladores y abanicos propuesto por Susana Díaz, presidenta de todos incluidos los niños, andaluces imparables del futuro.