Esta misma semana anunciaba la NASA que el asteroide Apophis, que pasará dentro de unos años cerca de la Tierra, podría tener posibilidades de un impacto contra nuestro planeta, posibilidad lejana pero no imposible, en lo que sería un apocalipsis para la humanidad ocasionado por una roca de 370 metros de longitud. Pero eso es a largo plazo –algo más de una década– aunque el tiempo pasa inexorablemente... Lo que sí hemos tenido más cercano ha sido el apocalipsis que ha vivido una zona tan bella y repleta de vida como Doñana.
Reconozco que ha sido una semana donde lo he pasado mal, como casi todos los andaluces, con el pavoroso incendio que se declaró en el entorno del Parque de Doñana. Pasarlo mal por las personas que allí veraneaban, por los empresarios y aquellos que se ganan el pan de cada día con su esfuerzo y que tienen, en estas fechas, su temporada alta; por el esfuerzo humano de todos aquellos que no han cejado en el empeño de controlar y extinguir el fuego; por los animales y vegetación de nuestra joya del sur, de Doñana.
Mucho se ha hablado de especulación con respecto al terreno quemado según la Ley de Montes de 2015 pero, la verdad, es que todo este espacio se rige por la Ley de Parques Naturales y será harto difícil especular con un terreno que la Junta de Andalucía no recalificará y que se procederá a su reforestación. Rumores maliciosos donde se mezclan la política con los desastres, en este caso vivido de cerca por muchos lectores que veraneaban y veranean en la zona.
Quizás el apocalipsis llegue en un futuro, para Doñana, afortunadamente, deberá esperar.