Los medios y los días

El debate de Rivera

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23 abr 2019 / 08:05 h - Actualizado: 23 abr 2019 / 08:07 h.
"Los medios y los días","Elecciones Generales 2019"
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Albert Rivera fue el político que más sobresalió en el debate de anoche. No sólo habló con la palabra sino con eso que se llama lenguaje no verbal. Habló con los ojos, con las manos, sin aspavientos, habló con la mirada a la cámara y transmitió seguridad en sus planteamientos y a veces ilusión.

Los políticos llevan sobre sí una tremenda carga que se llama sentencia de Nietzsche: “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”. Esa carga la contrarrestó bastante la intervención de Rivera en perjuicio de un Casado hierático que pasa de la agresividad cuasi ultraderechista de la que hace poco hizo gala Cayetana Álvarez de Toledo a la postura endeble del líder del PP.

Iglesias con su cantinela de siempre, en una línea socialdemócrata de izquierdas tipo Alfonso Guerra en sus tiempos de poli malo o de la corriente del PSOE Izquierda Socialista, por lo que no me extraña que esté dispuesto a pactar con un PSOE cuyo líder se muestra confiado en su postura preponderante entre el decisivo voto femenino y con los viernes ministeriales en los que reparte dinero para comprar votos y luego si gano ya veremos qué hago con los viernes, si de viernes sociales se convierten en viernes de dolores.

Resulta curioso oír a Casado llamar comunista a Iglesias cuando la postura del descamisado podemita nada tuvo que ver anoche con el comunismo, ya tenemos a un Iglesias casi domesticado al que sólo le falta un ministerio o una vicepresidencia para domesticarse del todo.

Lo que más me llama la atención en los debates es que no se habla del contexto español porque España ya no es España, se llama Unión Europea, para empezar, y Estados Unidos y China para seguir. Ya hemos perdido mucha de la soberanía que teníamos, no podemos hacer lo que queremos sino lo que nos dejen. Ni se habla de eso ni se habla de política exterior ni de política de defensa porque basta que nos obliguen a incrementar bastante el gasto militar –como vamos a hacer y habrá que seguir haciendo- para que algunas de esas medidas teóricas de los viernes sociales se vayan a tomar viento.

En líneas generales, a mí me inquietan mucho los cuatro hombres que estaban anoche en el plató de TVE y que hoy estarán en Antena 3 TV, más el que no estaba, llamado señor Abascal. Porque los tres señores de la derecha vetusta –algo menos vetusto Rivera- con su excesivo celo patriótico pueden romper España y los otros dos, la derecha sonriente de Pedro Sánchez y la socialdemocracia de Iglesias, me da la impresión de que carecen de talla y de fuerza mental y espiritual para enfrentarse no sólo al decisivo problema territorial de España sino a los enormes desafíos de la mundialización. En pocas palabras, en el escenario televisual veo a la España vieja con leves gotas liberales frente a débiles mentales y España no se merece eso.

Por cierto, lo siento por Antena 3. El debate fue de Rivera pero también muy aburrido y previsible -como el Betis- algo que puede echar de la pantalla esta noche a un segmento de público de la televisión propiedad del grupo español Planeta, del alemán Bertelsmann y del italiano De Agostini.