¿Es posible la conciliación?

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28 mar 2017 / 23:00 h - Actualizado: 28 mar 2017 / 23:09 h.

En ocasiones las empresas restan importancia al estado personal de sus trabajadores en su puesto de trabajo y se centran únicamente en el lado profesional. Y es debido al ritmo acelerado de trabajo, a la lucha constante por lograr los objetivos, a captar nuevos clientes y tener todo al día, que olvidan el valioso capital humano que hay detrás de todos esos puestos de trabajo.

Ese capital humano del que hablamos, quiere y desea compatibilizar su vida personal y profesional adecuadamente, quiere poder educar a sus hijos a la misma vez que es capaz de conseguir los retos profesionales propuestos. Sin embargo, esto no siempre ocurre. Son muchas las empresas que no permiten la conciliación laboral y provocan un gran malestar entre los trabajadores que deben hacer malabares para poder mantener su vida familiar con un cierto orden y poder cumplir con las expectativas exigidas por la empresa. Es por esto que, para muchos profesionales, la conciliación se ha convertido en un lujo que no pueden conseguir.

Quizás, el simple hecho de despedirte de los más pequeños de la casa en la puerta del colegio o ver cómo se emocionan cuando están contando sus aventuras del día tras irlos a buscar con la merienda, aporta más felicidad que una cesta repleta de productos en Navidad o viajes pagados por la empresa de convivencia con los compañeros. Porque, al final, la felicidad es algo tan sencillo pero a la vez tan valioso, que no se puede comprar con dinero.

Y utilizando el diálogo, expresando puntos de vista y compartiendo objetivos y fines comunes, se puede llegar al entendimiento, se puede lograr un bienestar para ambas partes. Porque no se trata de un beneficio individual sino de ventajas para todos. Con la conciliación gana el trabajador pero gana también la compañía. Una sonrisa en el rostro del empleado vale más que un trabajador desmotivado. Con una sonrisa se consigue más y mejor, con la desmotivación se hace menos y peor. Porque si en las relaciones personales, hay que cuidar siempre a las personas que nos rodean para seguir contando con su confianza y apoyo. Lo mismo sucede en el ámbito laboral, hay que cuidar a los profesionales para seguir contando con su compromiso por la empresa. Este cuidado no consiste en darle al empleado todo lo que pida, sencillamente con escucharle y proponer soluciones factibles para todos, se conseguiría un mejor ambiente de trabajo, un modelo económico más equilibrado y se lograría el desarrollo integral de las personas.