Fin de era

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03 oct 2017 / 22:48 h - Actualizado: 03 oct 2017 / 22:49 h.
"Fin de pista"

La falta de talento de los actuales gobernantes no es nueva. Pero el problema catalán ha crecido, espoleado por las prebendas de todos y cada uno de los gobiernos democráticos hasta formar un monstruo de difícil digestión. La falta de firmeza de Rajoy, queriendo enfriar el problema, se ha tornado en una bomba incontrolable.

El traído y llevado artículo 155 tendrá que ser aplicado. La fotografía de la banda detrás de las rejas también será inevitable pero habrá llegado tarde y mal, después de enviar al matadero social a centenares de policías y guardias civiles que se han partido la cara inútilmente mientras los políticos vergonzantes siguen con sus componendas y matizaciones.

¿Quién dudada del verdadero fin de este embrollo? La declaración unilateral de independencia era el único fin posible de este esperpento. Con urnas y sin urnas; con o sin esa payasada de referéndum que ha retratado a sus autores. El señor de la cebolla en la cabeza –y ese retablo de fealdad y mentiras que encarnan sus socios– ya habían sentenciado el signo de esta historia de terror que, ojo, no ha hecho más que empezar.

Más allá del problema catalán da la sensación de haber alcanzado el fin de una era. “España y yo somos así”, señora dijo Diego de Carvajal en la conocida obra de Marquina, En Flandes se ha puesto el sol. A estas alturas del fregado se puede señalar bien claro los culpables del invento: esa irresponsable y corrompida clase política que un día recibió un cheque en blanco. La revolución pendiente es mandarla a su casa con lo puesto.