La amenaza de los idiotas

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29 may 2018 / 20:25 h - Actualizado: 29 may 2018 / 21:52 h.

Mi primo segundo B. ha enviado una carta a toda la familia para anunciar su boda. Será en otoño y se celebrará, nada más y nada menos, en la Catedral Primada de Toledo. Ha aprovechado esa misma carta para explicar que, aunque es ateo convencido y su mujer una agnóstica de manual, han elegido esa catedral y el rito cristiano porque es lo que mejor les viene con mucha diferencia. Y eso es así por proximidad y por una cuestión de pura estética. La novia quiere lucirse antes y después de la ceremonia. Él también. Pero no es la única pareja que se casa en esas condiciones. Por esa razón no eran necesarias tantas explicaciones. Sobraban. Porque cada uno hace lo que le da la gana. Sin embargo, sí que le voy a escribir para mostrarle mi malestar. Hay una razón para que sí me sienta incómodo, casi cabreado. Resulta que adjuntaba a su carta un plano de localización del templo y del restaurante en el que se celebrarán ceremonia y banquete. Además, una tarjeta con el menú de ese día. Mi primo presume de ser vegano. Hasta ayer era así. Pues bien, el menú incluye carne, pescado, huevo y todo lo que un vegano tiene prohibido. La verdad es que es un menú estupendo. Lo que ya no lo es tanto es que mi primo segundo B. ha estado dando el coñazo durante los últimos tiempos con el rollo de los pobres animales y con nuestra crueldad con otros seres vivos.

Tal y como están las cosas, igual termina escribiendo, otra vez, a toda la familia para preguntar por lo que nos parece el menú, el lugar de celebración, etc. Y amenazando con no casarse si nos ponemos tontitos.

En fin, iremos todos sin quejarnos demasiado. Pero una y no más. Ya lo comprobará en el primer bautizo o algo.