Lo importante

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31 mar 2017 / 12:09 h - Actualizado: 31 mar 2017 / 12:12 h.
"Cuaresma","Cuaresma 2017"

Estamos en Cuaresma y en Sevilla. Una mezcla única de tiempo y espacio que provoca que en cualquier rincón de esta ciudad, en cualquier medio de comunicación local o en cualquier red social se hable, se comente, se critique o se alabe casi todo lo concerniente a cofrades y cofradías. Vemos diariamente publicadas en internet millares de fotografías que ponen de manifiesto la majestuosidad de los altares de quinarios, de los besamanos, los traslados solemnes o los vía crucis; se dan a conocer a bombo y platillo las fechas y horas de los ensayos de costaleros que tienen lugar cada semana; y durante estos días, setenta hermandades de penitencia han engrasado y puesto en perfecto estado su maquinaria administrativa, para que decenas de miles de hermanos visiten las diferentes casas de hermandad y pongan al día el pago de sus cuotas, además de retirar la papeleta de sitio o adquirir todo tipo de abalorios que irán repartiendo a niños, amigos, familiares o simples espectadores, que salgan al encuentro de su Cofradía en la próxima Semana Santa. Se anuncia machaconamente en la prensa la celebración de incontables conciertos de marchas procesionales, las numerosas presentaciones de carteles o las exposiciones de estrenos. Decenas de tertulias virtuales o de bares se dedican a pregonar o exaltar todo lo «pregonable» y lo que no lo es pero, la mayoría de las veces, les basta con vestir de limpio a priostes, mayordomos y hermanos mayores. También se organizan talleres de palmas rizadas, de flores de cera, de montajes florales, etcétera, etcétera... En todo esto se manifiesta externamente la celebración de la Cuaresma en Sevilla. Sin embargo, creo firmemente que lo más importante de este tiempo litúrgico no son estas manifestaciones superfluas, por muy visibles que sean y por mucha publicidad que tengan. Lo más importante es lo que no se ve y apenas se anuncia y, por esta razón quizás, sea lo menos concurrido, pero sí es lo más trascendente. Lo realmente fundamental de la Cuaresma es, y seguirá siendo siempre, ese tiempo de preparación espiritual que dedicamos para celebrar lo mejor que podamos el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Sin esta preparación espiritual nada tendría sentido. Los cofrades nunca debemos olvidar que la Cuaresma es el tiempo de hablar de Dios y con Dios, es el tiempo que debemos dedicar a la auténtica penitencia.