Los pactos del Villamarín

La reaparición de Luis Oliver ha levantado ampollas entre el sector más crítico de la afición verdiblanca, algunas plataformas e, incluso, miembros del actual consejo

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21 mar 2017 / 18:45 h - Actualizado: 21 mar 2017 / 18:50 h.
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El acuerdo entre el Real Betis Balompié y la empresa de Luis Oliver ha desenterrado el hacha de guerra en Heliópolis. Si es que alguna vez llegó a estar bajo tierra...

Una apuesta arriesgada que sólo ven, al menos de momento, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, además del propio Luis Oliver, tal y como se demostró durante el último partido de los verdiblancos en el Villamarín. En él, un sector importante de la afición mostró su desacuerdo y, probablemente, el desconcierto que genera el pacto alcanzado con el empresario navarro al que, no hace mucho, catalogaban como el enemigo público número uno en Heliópolis. Pero la afición no ha sido la única en mostrar su descontento por este pacto. Dos de las principales plataformas que brindaron su apoyo al proyecto de ‘Ahora Betis Ahora’ emitieron una nota horas después de producirse la firma del citado acuerdo para mostrar su rechazo absoluto. Pero la cosa no quedó aquí. Algunos de los miembros del actual consejo de administración heliopolitano notificaron de inmediato su recelo a la negociación con Luis Oliver. De hecho, hubo quien incluso quiso hacerlo constar en acta y se plantea solicitar una nueva junta de accionistas después de este último movimiento. Y para muestra, un botón. La escenificación del acuerdo tuvo lugar ayer en la sala de prensa del estadio Benito Villamarín. Desde el club se reservaron las dos primeras filas para los rectores verdiblancos. Sin embargo, apenas se ocuparon cinco asientos en la primera. Un gesto muy significativo y que pone a las claras la fractura que la firma de este acuerdo está provocando entre los dirigentes del Real Betis. Los mensajes velados que lanzó el presidente durante su última comparecencia cuando aseguró que «ya no se va a manejar al Betis desde la sombra» así lo demuestran. El vicepresidente tampoco dejó escapar la ocasión de cargar contra las plataformas al señalar que estas «habían boicoteado» el pacto.

Haro y López Catalán se empeñan en demostrar que ninguno de sus pasos ha ido encaminado a la perpetuidad del proyecto. Sin embargo, esta parece ser la lectura que gran parte de la hinchada e, incluso la mayoría de accionistas ha venido haciendo desde que se dio a conocer la noticia. Y es que no hace mucho, desde la planta noble de Heliópolis se criticaba con dureza a los profesionales de los medios de comunicación si publicaban alguna noticia referente a Oliver o su entorno. Se llegó incluso a decir que la venta entre Farusa y Bitton fue ficticia durante la celebración de alguna vista en el juzgado. Argumentos que parecen haber quedado en el olvido y cuyo peso es nimio en todo este proceso teniendo en cuenta que, tras la firma de este pacto, a Oliver y compañía se les libra de responder ante la justicia por su gestión al frente del club.

Si piensan que esto ha acabado aquí, se equivocan. Ni Oliver es de fiar, ni Lopera ha dicho aún su última palabra. Como diría aquel, no eleven nada a lo definitivo. Esto no ha hecho nada más que empezar.