Nuestro himno

Image
03 mar 2018 / 22:43 h - Actualizado: 03 mar 2018 / 22:43 h.

El himno aglutina y cohesiona a las personas por su pertenencia a un grupo, a una comunidad o a una tierra, exaltando sus virtudes, tendiendo a ser vibrante y erigiéndose en símbolo.

Nuestra Constitución contempla, en tal sentido, la bandera, pero no el himno nacional, la Marcha Real de tiempos de Carlos III sin letra alguna, lo que ha provocado en el tiempo diversas propuestas sin éxito. Para dotarlo de ella, una cantante pop acaba de ofrecer un texto, con ritmo moroso y emotivas palabras dedicadas a España, que ha servido para remover, un poco, el sentir nacional. División de opiniones.

En cambio, el Estatuto andaluz sí que fija como símbolo el himno. Un himno surgido del acuerdo publicado por la Junta Liberalista de Andalucía en 1933, con música del maestro Castillo, letra de Blas Infante, y basado en el Santo Dios cantado por los segadores andaluces a la salida y la puesta del sol.

Algunos himnos excitan la confrontación violenta, otros son cantares de raíz folclórica. El nuestro, que debería cantarse con más frecuencia y de manera coral mejor que individualmente, estimula a la acción pidiendo tierra (el desarrollo económico cuando la tierra, en aquel momento, era el principal factor de riqueza) y también la libertad como valor superior para todos los andaluces. Y se enmarca en el deseo de paz y esperanza y de ser hombres de luz para otros hombres. En el escudo que reproduce nuestra bandera, palabras solidarias: Andalucía, por sí, para España y para la Humanidad. Y, por ende, para Europa. Vital en estos momentos.