Nunca reina la alegría

No llores hermana mía,
que en la casa de los pobres
nunca reina la alegría.

Esta soleá de Antonio Frijones que grabó Pepe Torres, cantaor y hermano de un genio del cante, Manuel Torres, viene que ni pintada para estos días de tanta convulsión política, promesas y lágrimas falsas. El Día Internacional del Pobre debería coincidir siempre con elecciones, porque todos los candidatos muestran una sensibilidad especial por la pobreza, que en España es un drama social de difícil solución. Lo curioso es que haya tantos millones de españoles que no creen en la pobreza, que no la reconocen. ¡Cómo va a haber pobreza en una de las mejores economías del mundo! Pues sí, la hay y es una de las preocupaciones en Bruselas, sobre todo la pobreza infantil y la de la mujer, los colectivos más vulnerables. ¿Qué va a ser de Europa con tanta miseria? La pobreza es predominantemente femenina y esto contrasta bastante con el hecho de que estén más preparadas que hace tres o cuatro décadas, y que se hayan incorporado al trabajo fuera de casa de una manera tan importante en ls últimas décadas. Casi diez millones de personas hay en España por debajo del umbral de la pobreza y esto, en tiempos de elecciones, es una mina para los políticos sin escrúpulos. Hay que ver la cara que se le pone a Pablo Iglesias cuando habla de los pobres, que parece que hasta vendería su casoplón y el de su compañera para remediar algo el drama. Los gobiernos de izquierdas crean pobreza para que el pobre dependa de la caridad de los gobernantes, como sucede en Cuba, aunque los castristas españoles presuman con el hecho de que sea el país de América Latina con menor desnutrición infantil. Y así es, aunque algo tendrá que ver Unicef en esto, que muchos quienes categóricamente. O sea, la caridad. No solo en Cuba o Guatemala, donde la pobreza infantil es un verdadero drama social. Se habla de garantizar ingresos mínimos para los hogares españoles más vulnerables, pero solo hasta que acaben las elecciones generales. Mantente mientras cobro, cabría decir aquí, como aquel albañil chapucero que dejaba puestos los puntales del tejado hasta cobrar la chapuza. Pero, ¿se va a hacer o no se va a hacer lo de garantizar un mínimo de 600 euros para familias desesperadas? No, no se ilusionen con eso, ni con el fin del abuso de la temporalidad en los contratos laborales, ni con un salario mínimo de 1300 euros, como promueven los de Podemos. La pobreza es una cantera de votos para determinados partidos, porque si el pobre, con la izquierda gobernando, no sale de la pobreza, enseguida piensa que con la derecha sería aún peor, de ahí que Sánchez esté metiendo tanto miedo y con tanta prisa. A los pobres les queda solo la esperanza de las ayudas sociales y la caridad. Por eso irán a votar el día 28, porque al menos confían en que puedan seguir poniendo un puchero cada semana y que no les vayan a quitar las endebles chapas del tejado.