Orgulloso de ser español

Siempre digo que la única forma de poner a los españoles de acuerdo es jugando una final de la copa del mundo de futbol o tomando las uvas el 31 de diciembre a las 12 en punto de la noche. Pero, ahora, estoy obligado a ampliar el abanico de posibilidades. Porque siendo solidarios los españoles somos lo más grande. Cuando olvidamos nuestras diferencias ideológicas o sociales, cuando nos quedamos arropados por nuestra humanidad y solo por ella, los españoles sabemos dar todo lo que somos y tenemos si con ello conseguimos que alguien salve la vida o pueda superar un problema en principio irresoluble.

No sabemos cómo terminará la tragedia que se está viviendo en Totalán, pero sabemos que el camino ha estado sembrado de sentido solidario, de esfuerzo colectivo, de una enorme preocupación común que hemos hecho nuestra cada uno de los que vivimos en este país.

Algo que ya he dicho, en muchas ocasiones, es que existen cosas que deben ser buenas. Sólo buenas para las personas. No se puede buscar la rentabilidad en todo lo que se hace. En Totalán el despliegue ha sido, está siendo, impactante, asombroso. No sé qué precio hay que pagar por ello. Ni me interesa en absoluto. Porque lo que todos queremos es que la vida sea algo mejor. Si el dinero se gasta para mejorar la sanidad o la asistencia a dependientes, no hay un solo español que se oponga a ello. Pero si el dinero se dedica a chorradas o se roba nos ponemos en pie de guerra. Como debe ser.

Desde hace unos días, hay razones para sentirse especialmente orgulloso de ser español. Ojalá la fortuna acompañe y el final de esta historia sea tan feliz como deseamos millones de personas. Sería un excelente colofón a la lección de solidaridad y generosidad de todos nosotros.