Paseando por la Luna

La amenaza de la repetición del proceso electoral en Andalucía ha mantenido sin resuello a miles de ciudadanos cuya vida cotidiana depende en gran medida de la normalidad administrativa

Image
14 jun 2015 / 00:32 h - Actualizado: 14 jun 2015 / 11:44 h.
"Elecciones Autonómicas 22-M","Susana Díaz"

Cuando el 20 de julio de 1969 el módulo lunar de la misión Apolo XI se posó sobre la superficie de la Luna, la tensión contenida durante las más de cien horas que habían transcurrido desde que el cohete Saturno V iniciará la ignición de sus motores en Cabo Cañaveral se liberó con un tono distendido en la conversación por radio:

«Tenían ustedes a un montón de tipos a punto de volverse azules. Ahora respiramos de nuevo. Gracias por todo». Las palabras, pronunciadas por el jefe de control de la misión en Houston, y que constituyeron las primera frase escuchada por un hombre desde el satélite terrestre, podría servir perfectamente para describir lo sucedido esta semana en el Parlamento de Andalucía. Hasta que el martes pasado se desbloqueara la formación del gobierno andaluz, muchos ciudadanos estaban prácticamente sin respirar, casi a punto de volverse azules, sin que el color sea en este caso una analogía con la tonalidad corporativa de determinada marca política. Era, y lo ha sido durante más de ochenta días, la amenaza de repetir el proceso electoral en la comunidad lo que había mantenido sin resuello a muchos ciudadanos cuya vida cotidiana depende en gran medida de convenios que quedan por suscribir, decretos que se quedaron sin firmar y tantas otras cuestiones relacionadas con el ámbito administrativo que consiguen ralentizar el día a día de los ciudadanos.

Andalucía ha estado sin darse un gobierno el mismo tiempo que Phileas Fogg invirtió en dar la vuelta al mundo en la novela de Verne. Y tanto una historia como la otra podrían pertenecer al terreno de la ficción, pero también al de las respectivas realidades de finales del siglo XIX y del primer cuarto del XXI. Lo que ocurre, en cualquier caso, es que no es lógico que se haya producido una situación de absoluta parálisis en la administración autonómica por la irresponsabilidad de todos los que han tenido en la mano desbloquearla, y no lo hicieron en virtud de estrategias electoralistas que nada tenían que ver con el discurso de entrega, generosidad, lealtad y compromiso público que habían lanzado a diestro y siniestro durante la campaña previa a los comicios.

Volviendo a la Luna, y volviendo a Houston, lo que se escuchó con emoción en el centro de control de la misión solo unos minutos después de que los ingenieros volvieran a respirar, recobrando el tono de la piel y el rubor de las mejillas, fue una de las alocuciones más célebres de la historia, en la voz de Neil Armstrong: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad». Hoy domingo, una frase con el mismo significado, pero con distinta composición sintáctica y gramatical, será pronunciada por una astronauta elevada a la órbita de la política institucional con la misma aceleración con la que un cohete consigue librarse de la fuerza de la gravedad, y salir de la atmósfera.

Susana Díaz asumirá hoy el gobierno de la Junta de Andalucía, en lo que, descendiendo hasta el detalle de muchos casos particulares, será un gran paso para el sector andaluz de la humanidad a la que dedicaba Armstrong su paseo por la Luna.

Pero con aquellos pasos, el hombre del espacio no concluía sino la parte más emblemática de la misión Apolo XI, que no sería ni mucho menos la más compleja, técnicamente. Sirve de nuevo la analogía, para contar que con su camino triunfal hacia el Palacio de San Telmo, fotos históricas en las primeras planas de los diarios como las de Armstrong incluidas, Díaz ha cumplido con el trascendental trámite de formar gobierno, pero no con el verdadero sentido de su misión, que es el de gobernar.

Arranca una legislatura que no será fácil, en virtud de la inestabilidad de un gobierno que depende de los apoyos que el pasado jueves se evidenciaban en el Parlamento, pero que someterán al ejecutivo andaluz a unas tensiones mayores que las habituales cuando se dan atmósferas de mayorías absolutas o de pactos de gobierno. En la Luna no hay atmósfera, ni oxígeno; y el hecho de que la gravedad sea menor supone que los movimientos no se ajustan a las realidades conocidas en la Tierra.

Sigue sirviendo el ejemplo histórico de la misión científica de mayor calado simbólico de cuantas han sido ejecutadas por la humanidad y también sirve en lo referente al momento más delicado de la misma: el del regreso. PSOE y Ciudadanos han hecho posible el idílico paseo por una superficie desconocida hasta el momento, pero ambas formaciones deberán ir pensando, en un contexto más amplio, en la forma en la que regresan al punto de partida, que en este caso es el de la confianza de quienes les llevaron hasta el Hospital de las Cinco Llagas, y que en algunos de los casos ya han manifestado su descontento por la alianza entre las formaciones.

Son más, en cambio, los que aprovechan su primera inhalación tras casi tres meses sin respirar para agradecer que la responsabilidad haya vencido (aunque solo sea por motivos estratégicos, relacionados con la marca electoral de cada cual) y desde mañana mismo se ponga de nuevo en marcha una maquinaria administrativa de la que depende tal vez más de lo razonable la vida diaria de muchas familias andaluzas... pero esa es otra cuestión.