Perdona, pero no

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17 sep 2017 / 21:33 h - Actualizado: 17 sep 2017 / 21:34 h.
"El desafío catalán"

Perdona, pero no. Votar no siempre es ejercer la democracia por muchas urnas que haya, de la misma manera que no defender un referéndum amañado no me convierte en un enemigo de la democracia. Ya está bien de mentiras y de mensajes enlatados. Si este país comienza a no respetar las resoluciones judiciales que dirimen los conflictos entre instituciones, eso quiere decir que hemos comenzado a cargarnos la democracia, por muchas urnas y varas de mando que se reúnan. Conmigo que no cuenten. El referéndum catalán, cuyos promotores tanta democracia demandan, es un proceso convocado sin garantías democráticas, sin establecimiento de reglas de juego y con una legalidad inventada. No creo que se pueda mentir más en nombre del pueblo. En democracia el pueblo es la mayoría y la minoría y ambas tienen que tener garantizados sus derechos y, llegados a un referéndum, las reglas del juego muy claras y para todos por igual. ¿Alguien sabe cómo se interpretan los resultados del 1-O?, ¿alguien sabe cuándo se gana o se pierde? Qué miedo el poder de mayorías de tramoya del 2-O.

El derecho a decidir no pasa por el derecho a romper las estructuras democráticas que tanto costó conseguir en España y por ello no cabe la equidistancia sobre las resoluciones del Tribunal Constitucional. El derecho a decidir tampoco puede ser una especie de entelequia abstracta sujeta al uso arbitrario de un parlamento, por muy democrático que sea. El derecho a decidir es, cuanto menos, un proceso político de negociación democrática que habrá que resolver en España.

Lo de ahora, perdona, pero no.