La vida del revés

Políticos macarras y el futuro de España

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07 jul 2019 / 08:45 h - Actualizado: 07 jul 2019 / 09:25 h.
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  • Los votos de los españoles sirven para elegir a los que tienen que hacer política no para que unos macarras monten espectáculos vergonzosos. / EFE-Archivo
    Los votos de los españoles sirven para elegir a los que tienen que hacer política no para que unos macarras monten espectáculos vergonzosos. / EFE-Archivo

Todo en la política española se ha convertido en un cúmulo de amenazas, de formas de medir quién la tiene más larga, de caras de póker. Todo en la política española se ha convertido en una muestra de macarras de cuarta. Aunque eso no es lo peor de todo. Lo más preocupante es que todo indica que los políticos solo piensan en ellos y solo en ellos. Una vez que consiguen el voto de los pobres ciudadanos, los políticos centran sus esfuerzos en conseguir una cuota de poder que les permita seguir viviendo de la política toda la vida. Los programas electorales, las ideologías o las estrategias de futuro para el país, se evaporan. Si no fuera así, ahora, los políticos españoles estarían buscando formas de llegar a acuerdos entre ellos para que España puede progresar. Como todo el mundo sabe, lejos de sentarse intentando encontrar una forma de conseguir el bien común, dedican su tiempo a montar espectáculos bochornosos, incomprensibles e imperdonables.

Es muy extraordinario comprobar que eso de encontrar mecanismos para que todos los españoles (todos) se beneficien de la política forma parte de la ciencia ficción, de la fantasía. El mandato de los ciudadanos, eso que dejaron dicho en las urnas, sencillamente, no se toma en cuenta. Da igual el voto de los españoles. El día siguiente de las elecciones, los políticos convierten el panorama en algo que solo beneficia a ellos y a sus partidos. Más desfachatez en imposible. Saben que las personas prefieren eso a una dictadura o a una guerra o al hambre, saben que las personas siguen creyendo en las personas aunque existan los políticos y abusan de ello.

¿Alguien cree que los votantes de C´s depositaron su voto para que los miembros de ese partido pactasen con Vox? ¿Alguien cree que los votantes de Vox votaron a ese partido para que el PP volviese a gobernar? Digo yo que si votaron a Vox es porque no querían ver ni en pintura a los del PP, porque querían un cambio (los votantes de Vox fueron los del PP anteriormente, que nadie se olvide de ese pequeño detalle). ¿Alguien cree que los votantes socialistas quieren a Pablo Iglesias en el Gobierno de España? ¿Alguien cree que los votantes de Podemos quieren ver a su partido arrimado al PSOE después de haber señalado a los socialistas como casta, como uno de los problemas de España, como un partido parecido al PP?

Los españoles comienzan a estar más que hartos de la falta de criterio de los políticos españoles, de su espantosa falta de profesionalidad y de la poca decencia que muestran muchos de ellos.

Se trata de construir el futuro de un país y no el de ellos o el de sus partidos. Se trata de solucionar los problemas de los ciudadanos y no los propios de los políticos que están enmarañados por la corrupción y por la falta de vergüenza. Se trata de mantener un mínimo de coherencia para que el votante no se arrepienta de haber votado a unos u otros.

Hoy todos los políticos quieren algo de poder, algún sillón, un equipo a sus órdenes; pero nadie dice para qué quiere eso. Ya no se respetan cosas tan básicas como evitar el insulto zafio y descontrolado («El colmo de la jeta. Dile al acojonado y sinvergüenza de tu jefe que se deje de cordones sanitarios, de lamerle el culo a Macron y que os permita sentaros en una mesa y llegar a acuerdos como gente normal. Y si no, pactad con el PSOE, que es lo queréis» es el tuit que vox publicó el pasado 3 de julio; deben de haber fichado a un matón de discoteca como CM de sus cuentas en redes sociales). Si la política es el arte de hablar con corrección buscando soluciones incluso con esos a los que no te une nada, en España ha pasado a ser un espectáculo lamentable, zafio y vergonzante. Lo que cuenta en la política española es dar espectáculo y estar en contra del otro. Nada más que eso.

¿Han votado los españoles en las últimas elecciones a un bloque o a otro o a un partido político? Todos sabemos la respuesta excepto los políticos. Una pena.

La nueva política española ha hecho buena a la que vivimos durante la transición. Entre buena y magnífica. Iglesias, Abascal, Casado, Rivera y Sánchez, nos están señalando el bipartidismo como lo harían en un desierto si vieran un oasis y quisieran indicarnos el mejor de los caminos. Parecía imposible y lo han conseguido en un tiempo récord.